jueves, 27 de octubre de 2016

PUENTEÑ@S ....... MANUEL VILLAR TERUEL

          Recuperamos nuevamente esta sección que iniciamos hace tiempo para tratar de recuperar en nuestra memoria a esos personajes particulares que por un motivo u otro, en su día, tuvieron que salir de nuestro pueblo en busca de nuevos caminos para su vida. Ya han sido muchos los que han pasado por ella contando sus particularidades y esperemos sean muchos más los que sigáis rellenando el formulario accediendo al link situado en la parte superior derecha de nuestra página. Hoy nos encontramos con un conocido y querido paisano, Manuel Villar Teruel, gran amante de sus raíces y de las gentes de nuestro pueblo, que, como tantos otros, jamás ha olvidado a Puente de Génave, lugar que siempre lleva en su corazón.
Manuel Villar Teruel
DATOS PERSONALES.

Nombre.
Manuel Villar Teruel
Edad.
61 años
Dirección.
Hospitalet de Llobregat
(Barcelona)
Profesión/Ocupación.
Profesor jubilado
Año de emigración.
1982
Destino.
Barcelona
Lugar de residencia actual.
L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)
Contacto (teléfono/correo electrónico).
Cuenta de facebook
Manuel Villar con su suegra y familia
DATOS FAMILIARES.-

Nombre de padres.
Frasco y Paca
Nombre de hermanos.
Ángeles
Nombre de los abuelos.
Paternos.- Manuel y Sacramento
Maternos.- José y Ángeles
Referencia familiar (apodo).
Paterno.-“Los Casilleros”
Materno.- “Los del tío José el mayoral”
Calle/zona del pueblo de residencia familiar.
Calle Velázquez y la del Cortijo de las Ánimas
Familiares actualmente en el pueblo.
Tíos.- Encarna, Mateo y Rafa.
Suegra.- María
Años de juventud de Manuel Villar
REFERENCIAS PERSONALES.-

Estudios.
Magisterio en especialidad de Lengua Española, Francés y Educación física
Trayectoria profesional/ocupacional.
Profesor desde 1982 hasta la jubilación en 2015.
Entrenador de fútbol
Aficiones.
Deportes, fotografía, playa, pintar, leer.
Inquietudes/Actividades.
Nombre de amigos/as del pueblo.
Muchos y de todas las edades…evidentemente no pongo nombres para no molestar a aquellos que pudiera olvidar
Lugar del pueblo que más te gusta.
El entorno del río. También Paúles y sus alrededores, con la casilla de los peones camineros que había hacia el Arroyo del Ojanco. En fin, lugares donde se desarrolló mi infancia.
Mejor recuerdo que tienes del pueblo.
Como he apuntado, todos los recuerdos de mi infancia.
Que no te gusta del pueblo.
Que se vuelquen en inversiones en las zonas nuevas del pueblo y se olviden de las calles donde casi no vive nadie pero donde los propietarios de las casas siguen pagando sus impuestos regularmente.
Con qué frecuencia vas al pueblo.
Desde que estoy en Barcelona viajo todas las Navidades, Semana Santa y Verano
Última vez que estuviste en el pueblo.
Este pasado verano.
Cómo podríamos mejorar el pueblo.
Como he apuntado anteriormente, TODO el pueblo se merece la misma atención
Explica algún recuerdo, vivencia o anécdota que hayas vivido en el pueblo.
Se remonta a mi niñez… con apenas 5 ó 6 años de camino desde Paúles a la casilla de los peones camineros, iba yo solo una tarde de primavera-verano y en la orilla de la carretera, más o menos donde estaba la fuente del perro, me encontré una lagartija con unos cuantos huevos a punto de eclosionar. Me agaché y estuve allí mirándolos hasta que nació la última lagartijilla. Cierro los ojos y revivo con todo tipo de detalles esa maravillosa escena.
Ya algo más mayor, tendría unos 7 años, ya vivía en la Venta del Tufo, fuimos mi amigo Quico y yo a buscar espárragos. Andábamos por encima de la fuente de la Venta, entre unos paredones que eran restos de alguna casucha, mirando unas esparragueras, cuando al levantarme oí un ruido raro sobre mi cabeza. Al girarme vi una serpiente, semienrollada en una rama de la oliva, abalanzarse sobre mí con la boca abierta. El grito que pegué lo escucharon en la Conchinchina. Tiramos los espárragos y salimos corriendo sin parar hasta llegar a nuestra casa. Quico me decía: “¿te ha mordido?”, ¿te ha mordido?”….. Aún hoy veo el “gaznate” rojo de aquella “bicha”. Es lo que tiene haber llevado una infancia rural, rural, rural…..
Manuel Villar a la edad de 18 años

Reconocimiento a su actividad docente
Manuel Villar en su faceta deportiva en el UE Cornellà

Manuel Villar con su esposa e hijos

lunes, 10 de octubre de 2016

LA SIERRA DE SEGURA. DIMENSIÓN INTERPROVINCIAL

No deja de ser cierto que tenemos la tendencia de centralizar nuestro entorno en relación a nuestro ámbito de vivencias, o lo que es lo mismo, los que vivimos o tenemos nuestro origen en Puente de Génave o pueblos cercanos tenemos la consideración que la Sierra de Segura es y pertenece a la provincia de Jaén. Aunque esta apreciación siga lógica, está muy lejos de la realidad pues nuestra sierra rompe el ámbito provincial para convertirse en una realidad que engloba también a la parte suroeste de la provincia de Albacete y el noroeste de la provincia de Murcia. Esta realidad interprovincial no sólo es geográfica pues también tiene su origen en la historia, siendo las vinculaciones numerosas a lo largo de los tiempos, cuestión que ha ido formando una relación de pertenencia que se refleja en diversos aspectos etnográficos que traspasan las delimitaciones provinciales y/o autonómicas actuales. Así lo refleja Juan Montiel Vila, natural de Caravaca en Murcia, que nos ofrece en este artículo otra visión sobre esta particularidad que engloba a la Sierra de Segura dándole esa dimensión interprovincial que nos permite asegurar que la nuestra sierra son sus gentes.



La Sierra de Segura son sus gentes

"Cuando se quiere someter a un pueblo, primero se le borra su historia y luego, se le escribe otra. "              
                                                                     Milan Kundera

Mi abuela Esperanza Ríos González, que, curiosa y casualmente llevaba los mismos apellidos que El Pernales, regentó en Caravaca la Posada de la Compañía, entre 1925 y 1972. Quizás algunos de los más ancianos de los pueblos de la Sierra de Segura recuerden todavía aquella posada. Yo la conocí ya en sus últimos tiempos. Recuerdo que aún llegaban gentes con carros y bestias: Adolfo y Felipe de El Moralejo, Juan Navarro de la Fuente de la Sabina (Letur), Juan Bojines de Nerpio, Los Pañeros de La Encarnación con sus enormes mulas, José de  Almaciles, Felipe Molina Fuentes de Pontones, Margarita Alguacil y Francisco Bravo Morcillo de Santiago de la Espada y los Palomares y los Blázquez, comerciantes, también de Santiago y otros muchos que no recuerdo dada mi corta edad entonces.
Delimitación provincial donde la Sierra de Segura se incluye en Murcia
A la Posada de la Compañía, acudían gentes de Pontones, de Santiago de la Espada, de Segura de la Sierra, de Hornos, de La Matea, de Jutia, de Góntar, de Nerpio, de Turrilla, de Cañada de la Cruz, de Almaciles, de la Puebla de D. Fadrique, de Huéscar,  de Topares, de los Royos,  de Benizar, de Socovos, de Yeste, de El Sabinar, del Campo de San Juan, de Inazares, de Elchecico (luego descubrí que se llamaba Elche de la Sierra), incluso de lugares serranos más lejanos como Orcera, La Puerta o Puente de Génave. Aquellos lugares constituían  mi universo infantil, mi particular geografía iniciática. Nos los conocía pero continuamente los tenía se repetían en mis oídos.
Sierra de Segura en Jaén
No recuerdo que se hospedara nunca nadie de Murcia o del Levante, salvo unos vendedores de arrope que venían de Enguera (Valencia) o un comprador de pieles y cera que venía de Mislata, también de Valencia. En todo caso, de Murcia nunca venían huéspedes. Con el tiempo me preguntaba yo el porqué de esa ausencia total de intercambios humanos con Murcia. Mi extrañeza estaba justificada porque ya estudiábamos en la escuela que Caravaca pertenecía a la Provincia de Murcia. ¿Qué cosa más rara?, me decía yo, que no venga ningún murciano ¿cómo serían los murcianos, que yo no los había visto nunca?
Sierra de Segura en Albacete
Cuando se dispuso, en 1962,  que ya me correspondía tomar la primera comunión, quiso mi madre, para estar a la última, vestirme de marinero. En Caravaca la comunión se había hecho hasta entonces con un trajecico gris o azul marino que sirviera para la ceremonia y… para después. Pero en fin, con la moda de principios de los 60,  mi madre decidió disfrazarme de marinero y allí que vamos mi padre, mi madre y yo camino de Murcia montados en un tren ferrobús. Entonces había ferrocarril en Caravaca. Ese viaje fue para mí todo un descubrimiento. Vi, por primera vez, el esplendor de los naranjos y limoneros, hasta entonces totalmente desconocidos. Eran unos frutales oníricos, fantásticos, para nada tenían apariencia de reales.  Descubrí otros colores, otros olores,  sentí lo que era el calor sofocante de la vega de Murcia, el azacanamiento de la ciudad. Me veía de repente en otro mundo totalmente ajeno al entorno en el que me había criado. Murcia era verdaderamente otro mundo, nada que ver con Caravaca. 
Mapa zonal del ámbito territorial de la Sierra de Segura

       No habían en Murcia, pensaba yo, ni leyendas de lobos, ni de almas en pena, ni de encantadas de larga mata de pelo, ni historias de bandoleros sanguinarios como Juan Manuel que se contaban en Caravaca al amor de la lumbre, ni leyendas de aparecimientos como la de la Santa Cruz en Caravaca o la de Jesucristo en Moratalla. En fin, Murcia para mi resultó ser tan exótica como la Polinesia. Era otro sitio, otro mundo completamente diferente a Caravaca, tanto en lo físico, en el paisaje, como en el alma que la alimentaba.  Sentí a Murcia tan ajena como a Birmania, por ejemplo.
Andando el tiempo comprendí las razonesCaravaca ha estado vinculada a la Sierra de Segura más de quinientos años. Y, aunque en 1874 se completara su incorporación a las instituciones de la Provincia de Murcia, Caravaca aun mantenía con fuerza, a finales del siglo XX su identidad y sus relaciones seculares con la Sierra de Segura.
Con el último advenimiento democrático, la cosa esta de las autonomías exacerbó o,  más exactamente, hizo que se inventara  una inexistente regionalidad. Con eso ya se consagraba la arbitraria división provincial de Javier de Burgos, pues, por criterio de prudencia, no se quiso entrar en modificar las divisiones provinciales, en evitación de un conflicto territorial en las vascongadas y Navarra. De esta manera la Sierra de Segura, unidad geográfica, territorial y administrativa donde las haya y con más de 500 años de existencia,  fue condenada a permanecer fraccionada entre las provincias de Jaén, Albacete y Murcia. Así hasta hoy.
Provincia de Murcia con la comarca del Noroeste como integrante de la Sierra de Segura
Conviene tener presente que La Sierra de Segura constituyó desde el siglo XIII  y hasta entrado ya el siglo XIX, una unidad territorial dentro del Reino de Murcia, bajo la administración castellana de la Orden de Santiago.  Las Vicarías de Segura de la Sierra (hoy en Jaén), de Yeste (hoy en Albacete) y de Caravaca (hoy en Murcia) integraron la Demarcación Santiaguista de Segura. Quinientos años de historia común forzosamente han dejado su huella en todos los pueblos de la Sierra. Incluso la Jurisdicción eclesiástica era ejercida desde Uclés (Cuenca) y no  desde el Obispado de Cartagena-Murcia al que es incorporado forzosamente desde 1874, después de un “cisma” que duró cinco años.
Mapa del Reino de Murcia (1778) que incluye nuestra comarca de la Sierra de Segura
Esta circunstancia inevitablemente ha de notarse. Salvando las naturales diferencias de unos pueblos respecto de otros, todo es muy parecido ente las localidades de Segura, desde la tipología constructiva tradicional, las comidas, las costumbres, el habla, los refranes, las coplas, los oficios pecuarios, la música tradicional, etc. No somos clónicos idénticos, que nadie se alarmeNo obstante, todo sigue siendo de lo más parecido entre nuestros pueblos, pese a los intentos normalizadores, lógicos por otra parte, de las distintas regiones que pretenden a toda costa mancheguizarnos, murcianizarnos o hacernos andaluces, según de qué parte de la arbitraria raya administrativa hayamos caído.
Mi pasión por indagar en mis raíces me llevó a descubrir, a mediados de los años 70, que nuestra música tradicional podíamos interpretarla sin dificultad con gentes de Nerpio, Yeste, Santiago de la Espada o Segura de la Sierra, pero no  con gentes de Bullas, a sólo 20 kilómetros de Caravaca, por ejemplo. Con los de Yeste,  Nerpio, Moratalla o Santiago de la Espada, tocamos encantados y percibimos una afinidad y un afecto recíproco, como los que sienten  aquellos que se encuentran, tras mucho tiempo, con un familiar largamente ausente. El repertorio, la organología, las afinaciones instrumentales, las armonías, los fraseos melódicos, etc. de las músicas de todos estos sitios son enormemente parecidos. Pero estas semejanzas también las podemos dimensionar a la gastronomía, al ciclo festivo, a las costumbres, a la vestimenta tradicional y, evidentemente, a nuestra historia.
Mapa de la diócesis de Cartagena (1768) que incluye la sierra de Segura
Por eso, desde ninguna localidad segureña, ni desde Caravaca, ni desde Segura de la  Sierra,  ni desde Yeste, entre otros,  podemos mirar a la Sierra de Segura como algo pequeño y de cada uno de nuestros pueblos solamente. Debemos mirarla como algo grande, como algo que nos une a los de cualquier lado de los artificiales  límites provinciales o autonómicos con los del otro ladoSegura trasciende esa visión localista de cortos vuelos. Por eso nosotros, los  segureños que nos ha tocado vivir en la vertiente murciana de la sierra,  no nos sentimos extraños, cuando vamos a Yeste, a Nerpio, a Letur, a Santiago, a Socovos, a Pontones, Hornos o Segura…. Sentimos que estamos, de alguna manera, en nuestra tierra, con nuestra gente y confiamos en que ocurra igual a la recíproca.
Cuando los pueblos olvidan su pasado padecen de Alzheimer social y, como dijo aquel: Nadie vive una vida para olvidarla luego. Ningún pueblo recorrió su historia para no saber qué es y donde está.  Aunque…, bien mirado,  a fuerza de televisión, de catetismo autonómico y de la planitud intelectual imperante, todo puede pasar.
Juan Montiel Vila