sábado, 10 de diciembre de 2016

TAL DÍA COMO HOY.....

Cuando las fiestas navideñas empiezan a tener protagonismo en nuestra vida cotidiana, recuperamos en nuestro Blog la sección de "Tal día como hoy...." en la que mostramos documentos que, por su importancia y dimensión temporal, tiene notoria significación dentro de la historia de nuestro pueblo. En esta ocasión recuperamos una acta de la Comisión Gestora que gobernó nuestro pueblo desde que adquirió su independencia, en enero de 1933, hasta que se convocaron elecciones municipales. De todos es conocido que fue formada por personajes relevantes de nuestra población que encabezaron esta segregación de La Puerta de Segura para poner en marcha, durante este periodo, el nuevo Ayuntamiento de Puente de Génave. En esta acta en concreto se tratan temas referentes a la previsión de fondos para los presupuestos del año siguiente ante el nombramiento de los primeros municipales que tuvo nuestro pueblo.



Comisión Gestora del Ayuntamiento de Puente de Génave

Sesión ordinaria del 10 de Diciembre de 1933

En Puente de Génave, a diez de Diciembre de mil novecientos treinta y tres y hora de las diez se constituyeron en sus Salas Capitulares los señores  de la Comisión Gestora, don  Gil Antonio  Campayo Martínez y los vocales  don  Eladio Bellón Nares, don  Cándido Ortega García y don  Santiago Idañez Idañez, no asistiendo por  ausencia don Valentín Amador Herrera, al  objeto de celebrar la sesión ordinaria correspondiente,  con asistencia de mi el Secretario del Ayuntamiento.

Abierto el acto públicamente por el Sr. Presidente yo,  el Secretario de orden del mismo dí lectura al borrador del acta de la anterior que fue aprobada; diose  cuenta de la correspondencia oficial de la semana y expediente en curso y entró en el orden del día.
D.Eladio Bellón, miembro de la Comisión Gestora

Presentadas las facturas de material de oficina y efectos timbrados servidos a este Ayuntamiento por Don Miguel Cuenca Arévalo y otro, importante doscientas cincuenta y dos pesetas y ochenta y cinco céntimos, la Comisión por unanimidad las prestó su aprobación.

Vista la necesidad de vigilantes nocturnos en esta localidad, que a la vez prestarán el servicio de guardias municipales, durante las horas que se lo permitiera el otro cargo, propuso el Sr. Presidente el nombramiento de individuos que ejercieran dichas funciones y que como no había consignación en presupuesto podía llevarse al que se forma para el año actual una cantidad como crédito reconocidos para abonarles los haberes por los días que quedan del año.  Fueron conformes los demás señores de la Comisión y por unanimidad se acordó: Que por el Sr. Presidente se extienda los oportunos nombramientos de guardias municipales interinos a favor de don Sebastián Alarcón Galarzo y don Pedro Sánchez Alcázar, empezando al devengar haberes desde el día quince de los corrientes y que como el último de dichos señores desempeña en la actualidad el cargo de guarda rural, se designe para sustituirle a don Domingo Arroyo González que como los demás son vecinos en esta localidad de reconocida moralidad y fama.

Por último, se tuvo en cuenta en esta reunión que próxima las sesiones en que han de discutirse los presupuestos municipales, se hagan figura en ellos los créditos reconocidos a favor de la casa Remington por resto de la máquina de escribir, mil trescientas cincuenta pesetas; a los guardias municipales y vigilantes nocturnos, que se nombran, siendo treinta y seis pesetas, ya que este sueldo que se les señala es el de Beneficencia, trescientas pesetas; por el material de oficinas de varias casas, doscientas pesetas y al Recaudador municipal que no existía consignación en el presupuesto actual, quinientas pesetas.

Y no teniendo asuntos de que tratar se levantó la sesión por orden del Sr. Presidente siendo las once y cuarenta y aprobado que fue su borrador en la siguiente transcribe a este su libro que firmaron los señores, de que certifico

lunes, 28 de noviembre de 2016

CUANDO LA MÚSICA SE LLAMABA MODERNA....LOS ÁNGELES AZULES

Muchos de los que hacéis un seguimiento a este blog tendréis en algún rincón de vuestra memoria esa época en la que nuestro pueblo, junto con el resto del estado español, quería dejar atrás ese tiempo de enfrentamiento y falta de libertad que caracterizó la postguerra civil, abriéndose a un tiempo nuevo de desarrollo y prosperidad coincidente con cierta apertura y modernidad. Aquellos años sesenta que profundizaron en un éxodo migratorio del que nuestro pueblo y comarca no pudo librarse coincidió con una modernidad social importada de otros países que se concretó en la moda de lo "moderno". Por moderno se entendía las faldas algo más cortas, los pantalones acampanados, las melenas en los hombres y el pelo corto en las mujeres; pero si algo protagonizó esa época fueron los grupos musicales que llenaban de estruendo con sus guitarras eléctricas emisoras de radio y una incipiente televisión. El seguimiento de este modelo de expresión juvenil llegó a todos los rincones, y también a nuestra sierra y nuestro pueblo. 
Este artículo, genialmente redactado por un protagonista de aquel momento en nuestro pueblo y entusiasta de la música, Isidro García, viene a contar las particularidades de aquel grupo musical que resultó emblemático y casi mítico en la juventud de muchos de vosotros, Los Ángeles Azules.
  
LOS ANGELES AZULES.....
SU VERDADERA HISTORIA

En el año 1965, en plena revolución musical internacional iniciada principalmente por Los Beatles, Rolling etc... se produce un efecto reflejo en España y es secundada por la aparición de grupos diversos como Los Brincos, Los Bravos, Pekeniques, Relámpagos etc...

Como consecuencia de esta revolución cultural-musical que marcó una época, la fiebre musical difundida por la radio, el NO-DO y una incipiente televisión, también llega a Puente de Génave y más concretamente cala en la figura de Isidro Garcia, un niño de 14 años, sin medios económicos, pero con la ilusión por bandera, que por aquellos tiempos tocaba el laúd en una rondalla. Decide formar un grupo por aquel entonces denominado músico-vocal, salvando dificultades y tras muchos intentos, junto con amigos y otros adolescentes del pueblo.

Finalmente recluta a Rufino Flores como batería, Clemente Santoyo guitarra rítmica, Angel Diaz guitarra bajo (como te recuerdo, amigo) e Isidro Garcia como guitarra solista y finalmente cantante, nos hacemos llamar “Los Rayos”, empezando a ensayar sin guitarras eléctricas. Tras múltiples calamidades y algún que otro milagro, logramos comprar instrumentos en Valencia y Granada, no eran los mejores del mercado, pero a nosotros nos parecían “la hostia” (perdón por la expresión). Esta innovación también repercutió en el nombre del grupo que pasó a denominarse LOS PENIKES.

Así empezamos los maratonianos ensayos en la carpintería de Julián Flores, hasta que un día de repente, llegó una pareja de la Guardia Civil, (recuerdo que estaba yo solo tocando), dicen que se llevan los instrumentos y que nos presentemos en el cuartel, casi me muero. Al cuartel que fuimos, temiéndonos lo peor, y allí, con más miedo que respeto, fuimos al encuentro del Sargento, que era el Comandante del Puesto, quién nos hizo ver que era el 12 de Octubre, día del Pilar su patrona, y nos ordenó que empezáramos a tocar en el patio. El susto lo llevábamos en el cuerpo por la situación y por ser la primera vez que tocábamos en público, pero bueno, tras unas cuantas cervezas, nos soltamos y realmente la actuación improvisada salio bastante bien, eso sí, sin cobrar ni de una forma ni de la otra tampoco.
Después vino la primera actuación solicitada en público, recuerdo que era en El Tamaral por fiestas patronales, ya con escenario y todo. Empezamos a tocar con mucha gente para el miedo escénico que teníamos, tras 2 canciones instrumentales llega el momento de empezar con un tema cantado. El cantante, que era Ángel, se volvió hacia mí, con cara descompuesta, y me dijo que no podía articular palabra, que me pusiera yo en el micro. Hábilmente me pasó a mi su enorme tensión pero aquello había que solucionarlo de alguna forma y seguir adelante. De esa curiosa manera me convertí en el cantante definitivo del grupo.
Seguimos ya con numerosas actuaciones por la comarca, en bodas, verbenas de todo tipo, fiestas patronales, etc... y tras una mejora de instrumentación y, porque no decirlo, de nivel musical, ya que, debemos confesarlo, en nuestros inicios la calidad musical era bastante mejorable y se requería cierto sacrificio a la hora de escucharnos. Volvimos a cambiar el nombre y pasamos a ser Los Ángeles Azules, incluso rotulamos ese nombre en nuestra batería, cuestión que agradecimos a todo un pintor profesional, mi primo “Ventura”, también ya fallecido. Con esta formación seguimos poco a poco mejorando y hasta nos presentamos a un festival de grupos de toda la provincia en Baeza, sin miedo a nada aunque con escasos resultados.
En el año 1969, se incorpora al grupo Antonio Alguacil, de La Puerta, para tocar el órgano o teclado y compramos instrumental nuevo, algo más vanguardista y adecuado a la rápida evolución técnica de los componentes musicales, con amplificadores que eran la envidia de otros grupos comarcales o provinciales como Los Trinos, Blue Star, Los Calipso de Úbeda,  con los cuales  tocábamos ya, en fiestas patronales de la provincia y en las fiestas de Puente de Génave.
A través de un hermano de Ángel, Guardia Civil de profesión destinado en Gerona, nos llega una oferta de gira o varias actuaciones en la Costa Brava y sin pensarlo dos veces para allá nos fuimos. Aquello supuso una tremenda aventura en cuanto a su significado, para mí y el resto, era la primera vez que salíamos de Jaén, cargados de ilusiones, separarnos de la familia y del entorno, etc… Llegó la primera actuación en unos salones de un hotel de 5 estrellas en la cala de Bagur, donde teníamos el cuartel general, unas no muy lujosas dependencias en las que como anécdota había hasta fantasmas... verdad Antonio. Que grande fue aquel día donde la locura juvenil propició que a las cuatro de la madrugada y con una sábana sobre la cabeza saliera a la calle mientras los demás corríamos en pelotas en medio de un sonoro griterio haciendo verdaderos méritos para acabar todos en el cuartelillo dando explicaciones… en fin, locuras de juventud.
Para la ocasión nos habían hecho a medida un traje con chaleco, pantalón acampanado claro al estilo del momento y corbatas rojas. La verdad es que daba presencia y estábamos guapísimos y dando imagen de mayores a edad que realmente teníamos que no iba más allá de los 17-18 años. Empezamos nuestra actuación y rápidamente conectamos con el público pues, aunque suene a falta de modestia, ya se nos podía escuchar, y mientras tocábamos un tema, subieron al escenario un grupo de chicas francesas algo fuera de tono y cual no fue mi sorpresa cuando una de ellas se abalanzó sobre mi cuello y de un hábil tirón “me robó” la corbata, para después dar un salto del escenario y ponerse a correr por todas las instalaciones del hotel, por lo que no tuve más remedio que, dejar en el suelo la guitarra en mitad de la canción, e iniciar la persecución ante el estupor de todos los presentes que no pudieron evitar emitir más de una carcajada. Sólo tenía esa corbata y evidentemente no la podía perder. Hay que decir que, después fuimos muy amigos de aquellas chicas, que nos seguían a todas las actuaciones en Palafrugell, Playa de Aro etc... algunos hasta llegaron a ser amigos especialmente íntimos con ellas y allí “alguno perdió la virginidad”.
Tras el regreso de la Costa Brava, en septiembre, continuamos con actuaciones en fiestas por la provincia, Albacete y Ciudad Real. Eran tiempos muy felices para nosotros y la legión de jóvenes del pueblo que nos seguían, allá donde tocábamos, se presentaban haciendo mucho ruido, pero con absoluto respecto, nunca hubo una pelea con otros, a todos ellos y sin poder nombrar ya por mi escasa memoria, desde aquí mi agradecimiento en forma de abrazo.

Ya en el año 1971 llegó el dichosos servicio militar, dejando el grupo en primer lugar Rufino, sustituido por Manolo Lucas de La Puerta, médico y delegado de la Junta de Andalucía según creo, después Angel, sustituido por Mario, también de La Puerta y quedando solamente yo de los fundadores iniciales.
Continuamos con nuestra música, variando siempre el repertorio y cuidando nuestras melenas hasta finales de 1972, fecha en la que me llamaron a filas. Aquello si que supuso un punto y final para el grupo, para toda aquella ilusión en forma de canciones y definitivamente, podemos decir, que aquello acabó con la historia de Los Ángeles Azules.
(ULTIMA ACTUACIÓN)
Tras nuestra aventura no todos reeditamos nuestros vínculos musicales, solo continuamos Clemente en la banda municipal de Puente de Génave y yo, tras mi traslado a Madrid, continué realizando estudios de piano en el conservatorio, después realizando actuaciones con teclados varios en hoteles de lujo (estilo Richard Claiderman), pero ya nada era igual. Había desaparecido el alma y la ilusión de unos buenos amigos que decidieron iniciar una hermosa locura de juventud.

Finalmente fiché por un grupo que actuaba diariamente en el Parque de Atracciones de Madrid, llamado Neón, hasta el año 1998, que por incompatibilidad con mi trabajo, soy detective privado, tuve que dejar mi gran pasión por la música.
Aprovecho la ocasión que me brindáis, para dar un abrazo a cada uno de lectores, de esta genial e inolvidable iniciativa que perdura en la memoria de muchos y que marcó mi vida.

Isidro Garcia.

viernes, 11 de noviembre de 2016

RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA SIERRA DE SEGURA (IX)

Recuperamos después del periodo estival las publicaciones que hacen un repaso por los aconteceres históricos de nuestra Sierra de Segura. En esta ocasión trataremos de explicar en este capítulo noveno, de la forma más simple posible, el periodo convulso de la conquista cristiana. Como todo cambio de dominio y de concepto de vida aquella época supuso una transformación en lo referente a la dinámica de vida de sus habitantes, ya que fueron sometidos a una continua lucha de intereses nobiliarios a lo que se debía de añadir la enorme inseguridad que suponía el ser, estas tierras de la Sierra de Segura, zona de frontera con el aporte de inseguridad que ese concepto ofrecía a sus habitantes.
  
Castillo de Segura
Novena parte.- CONQUISTA CRISTIANA.

Durante el periodo de dominación musulmana, los condados y territorios del norte de la península que quedaron al margen del control árabe fueron evolucionando y sufrieron multitud de transformaciones hasta convertirse en reinos independientes que, a medida que se debilitaban las estructuras musulmanas en la península, fueron creciendo territorialmente en detrimento de los dominios musulmanes. De todos ellos, el reino de León, en el que se integraba el futuro Reino de Castilla (1065), fue el que asumió un papel más determinante en esta tarea de conquista en un primer momento, para ser el Reino de Castilla posteriormente quien alcanzaría esta supremacía conquistadora a partir del S.XIII.

La fragmentación en reinos de taifas de los dominios musulmanes propició una rápida expansión hacia el sur de los reinos cristianos, siendo su punto culminante la conquista de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI de León. Esto provocó que muchos reyezuelos andalusíes pidieran apoyo a las tribus almorávides del norte africano que cruzaron el estrecho para establecerse y unificar nuevamente el territorio musulmán bajo una sola jurisdicción, especialmente tras sus victorias en Sagrajas (1086) y Uclés (1108) que les permitieron llegar hasta Zaragoza en un retroceso cristiano del que se libró Toledo. Pero la unidad almorávide se vino pronto abajo y se instauraron los llamados segundos reinos de taifas. Esta coyuntura fue aprovechada nuevamente por los conquistadores cristianos para buscar la expansión hacia el sur, siendo Alfonso VII quien protagonizó nuevas conquistas llevando sus dominios hasta Sierra Morena estableciendo conquistas en Calatrava (Ciudad Real,1147) y Uclés (Cuenca,1147) al norte y Baeza (Jaén,1147) y Andujar (Jaén,1155) para consolidar sus posiciones.
Alfonso VIII

Alfonso VII muere en 1157 y su reino nuevamente quedó dividido, cediendo el Reino de León a su hijo Fernando II y el Reino de Castilla a su hijo Sancho III, reinos que convivieron separados hasta la unificación definitiva con Fernando III el Santo en 1230, conformándose la llamada corona de Castilla y León, que coincidió con el declive almohade, tribu norafricana que había ocupado los territorios de Al Andalus, y al igual que los almorávides, había unificado este territorio salpicado de pequeños reinos de taifas y que estaban presionados por el ímpetu de las tropas castellanas del rey Alfonso VIII, al cual derrotaron en la batalla de Alarcos (Ciudad Real, 1195), lo que supuso un freno al avance de conquista. No obstante este freno fue temporal ya que con la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén, 1212) se inició el proceso de conquista de las tierras andaluzas, siendo ahora el rey Alfonso VIII, que contó en esta ocasión con la ayuda de aragoneses y navarros, el que derrotó de forma definitiva a los almohades.

Fueron muchas las fortificaciones de la actual provincia las que pasaron a manos de Castilla, como las de Vilches, Baños de la Encina o Úbeda, pero sería Alcaraz (1213) la que tendría más significado para nuestra comarca por su importancia estratégica y también por decretarse la expulsión de toda la población musulmana para así repoblar y consolidar su dominio. Esto no ocurrió con los territorios de la sierra pues, aunque hay constancia de su reconquista (Segura, 1214), no tuvieron, por lo agreste de sus tierras, ese proceso repoblador y de consolidación de conquista. Por ese motivo se tuvo que producir una nueva fase de conquista, esta vez protagonizada por el monarca Fernando III, que ahora sí, de forma definitiva incorporó Segura y toda nuestra comarca a la corona de Castilla en 1242.
Villa de Alcaraz
La mayor parte de los territorios serranos junto a importantes territorios del llamado Alfoz de Alcaraz  (Campo de Montiel) fueron cedidos por el monarca a la orden de Santiago, siendo posteriormente, en 1243, cuando Fernando III el Santo firmó las capitulaciones de Alcaraz con el emir de la taifa de Murcia Ibn Hud al Dawla, por las que la Sierra de Segura se integra definitivamente en la Corona de Castilla, perteneciendo al Reino de Murcia, estatus que mantendrá hasta la división provincial de 1833 en la que se encuadra en la actual provincia de Jaén.
Fernando III el Santo
La orden de Santiago, junto con el Arzobispado de Toledo, tiene un papel fundamental en el proceso de reconquista y repoblación de los territorios de la actual provincia jiennense, siendo los comendadores los que se encargarán de administrar la política, la economía y la sociedad de nuestro ámbito territorial. Cabe destacar que el rey de Castilla traslada la sede de la Encomienda Mayor de la Orden de Santiago al lugar de Segura en sustitución de la hasta ese momento sede principal de Uclés (1245). Destaca en este menester la familia Manrique, asentada en Segura de la Sierra, con Don Rodrigo Manrique, padre del poeta y también guerrero medieval Jorge Manrique, que llegó a ser elegido en Uclés como Gran Maestre de la Orden (1474-76) aunque no fuera reconocido por unanimidad por toda la orden santiaguista, cuestión que provocó continuos enfrentamientos con los monarcas castellanos Juan II y Enrique IV por lo que se produjeron enfrentamientos siendo significativo en producido en Hornos entre las tropas santiaguistas seguidoras de D. Rodrigo Manrique y las reales dirigidas por D. Álvaro de Luna (1446).

Pero la influencia de la Orden de Santiago en nuestra sierra siguió un proceso lento y no exento de enfrentamientos de intereses nobiliarios y con otras órdenes militares. Los caballeros de la orden santiaguista mantuvieron su influencia en el llamado Alfoz de Alcaraz, tierra de frontera que comprendía el sur de la actual provincia de Albacete y el cercano Campo de Montiel, y eso les facilitó que al producirse la descomposición del reino taifa de Murcia se adentraran en nuestra comarca consiguiendo conquistar fácilmente Génave, Villarrodrigo y Torres de Albanchez (1235). Después será el maestre de la orden santiaguista, D. Rodrigo Idáñez, quien le arrebata Hornos al alcaide Beni Hud (1239) y el mismo año que fue nombrado maestre de la orden D. Pelayo Pérez Correa, también Segura (1242).

A partir de este momento se produce un lento proceso de repoblación motivado con exenciones impositivas, a pesar que al ser tierras fronterizas estuvieron expuestas a incursiones musulmanas durante los siglos XIV y XV que se constatan sobre Hornos, Génave y Siles con fin de expolio de propiedades que no pudieron ser frenadas por los caballeros de la Orden.

Dominios de las órdenes militares durante la reconquista
Por lo tanto no fue una repoblación fácil y rápida, basada en la donación y la consideración como ciudadanos con derechos sobre la explotación comunal de campos y montes. La exención de pago de impuestos era temporal (entre cinco y diez años) pero con la obligación de no abandonar su asentamiento. Pero siempre eran preferidas por lo repobladores las tierras de Guadalquivir abajo, por lo que se tuvo que otorgar un régimen foral igualitario reservándose la Orden de Santiago únicamente  el dominio jurisdiccional con derecho de percepción de tributos como el diezmo, el portazgo, el montazgo y los derivados del uso de fraguas, molinos y hornos.

La propia fisionomía de la sierra hizo que nuestra comarca quedara un tanto al margen de las principales campañas de conquista posteriores que siguieron el valle del Guadalquivir hasta dejar, ciertamente, encorsetado al reino árabe de Granada. Tan sólo destacar que en 1342 el comendador de Segura, D. Fernán Ruiz Tauste, comandó una expedición contra tierras de frontera granadinas, así como también la colaboración del alcaide de Segura, D. Juan Rodríguez, en la conquista de la posición de Huéscar (1434) en una campaña impulsada por D. Rodrigo Manrique y enmarcada en los considerables conflictos de frontera y que encontraban respuesta musulmana en sus razzias, como la datada en 1479 donde se apoderaron de bienes y enseres así como de población cautiva en las posiciones de Orcera, Hornos y Segura.
Escudo de armas de los Manrique
Con la conquista de Granada en 1492, los vecinos de la sierra ganan en confianza y serán bastantes los nuevos pobladores de los territorios castellanos situados más al norte los que ocuparán nuestra comarca significando un considerable aumento en la explotación agraria y ganadera.
Casa de los Manrique. Segura de la Sierra
Si tenemos que hablar de restos arqueológicos diremos que básicamente se produjo un aprovechamiento total de edificaciones musulmanas, dejando como únicas particularidades casas señoriales en diversos municipios, la de la Encomienda en Chiclana de Segura o la casa de la Tercia y el Cubo en Siles, así como diversos torreones reestructurados como los de Génave, Villarrodrigo o Torres de Albanchez.

(jt) Segura Verde

jueves, 27 de octubre de 2016

PUENTEÑ@S ....... MANUEL VILLAR TERUEL

          Recuperamos nuevamente esta sección que iniciamos hace tiempo para tratar de recuperar en nuestra memoria a esos personajes particulares que por un motivo u otro, en su día, tuvieron que salir de nuestro pueblo en busca de nuevos caminos para su vida. Ya han sido muchos los que han pasado por ella contando sus particularidades y esperemos sean muchos más los que sigáis rellenando el formulario accediendo al link situado en la parte superior derecha de nuestra página. Hoy nos encontramos con un conocido y querido paisano, Manuel Villar Teruel, gran amante de sus raíces y de las gentes de nuestro pueblo, que, como tantos otros, jamás ha olvidado a Puente de Génave, lugar que siempre lleva en su corazón.
Manuel Villar Teruel
DATOS PERSONALES.

Nombre.
Manuel Villar Teruel
Edad.
61 años
Dirección.
Hospitalet de Llobregat
(Barcelona)
Profesión/Ocupación.
Profesor jubilado
Año de emigración.
1982
Destino.
Barcelona
Lugar de residencia actual.
L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)
Contacto (teléfono/correo electrónico).
Cuenta de facebook
Manuel Villar con su suegra y familia
DATOS FAMILIARES.-

Nombre de padres.
Frasco y Paca
Nombre de hermanos.
Ángeles
Nombre de los abuelos.
Paternos.- Manuel y Sacramento
Maternos.- José y Ángeles
Referencia familiar (apodo).
Paterno.-“Los Casilleros”
Materno.- “Los del tío José el mayoral”
Calle/zona del pueblo de residencia familiar.
Calle Velázquez y la del Cortijo de las Ánimas
Familiares actualmente en el pueblo.
Tíos.- Encarna, Mateo y Rafa.
Suegra.- María
Años de juventud de Manuel Villar
REFERENCIAS PERSONALES.-

Estudios.
Magisterio en especialidad de Lengua Española, Francés y Educación física
Trayectoria profesional/ocupacional.
Profesor desde 1982 hasta la jubilación en 2015.
Entrenador de fútbol
Aficiones.
Deportes, fotografía, playa, pintar, leer.
Inquietudes/Actividades.
Nombre de amigos/as del pueblo.
Muchos y de todas las edades…evidentemente no pongo nombres para no molestar a aquellos que pudiera olvidar
Lugar del pueblo que más te gusta.
El entorno del río. También Paúles y sus alrededores, con la casilla de los peones camineros que había hacia el Arroyo del Ojanco. En fin, lugares donde se desarrolló mi infancia.
Mejor recuerdo que tienes del pueblo.
Como he apuntado, todos los recuerdos de mi infancia.
Que no te gusta del pueblo.
Que se vuelquen en inversiones en las zonas nuevas del pueblo y se olviden de las calles donde casi no vive nadie pero donde los propietarios de las casas siguen pagando sus impuestos regularmente.
Con qué frecuencia vas al pueblo.
Desde que estoy en Barcelona viajo todas las Navidades, Semana Santa y Verano
Última vez que estuviste en el pueblo.
Este pasado verano.
Cómo podríamos mejorar el pueblo.
Como he apuntado anteriormente, TODO el pueblo se merece la misma atención
Explica algún recuerdo, vivencia o anécdota que hayas vivido en el pueblo.
Se remonta a mi niñez… con apenas 5 ó 6 años de camino desde Paúles a la casilla de los peones camineros, iba yo solo una tarde de primavera-verano y en la orilla de la carretera, más o menos donde estaba la fuente del perro, me encontré una lagartija con unos cuantos huevos a punto de eclosionar. Me agaché y estuve allí mirándolos hasta que nació la última lagartijilla. Cierro los ojos y revivo con todo tipo de detalles esa maravillosa escena.
Ya algo más mayor, tendría unos 7 años, ya vivía en la Venta del Tufo, fuimos mi amigo Quico y yo a buscar espárragos. Andábamos por encima de la fuente de la Venta, entre unos paredones que eran restos de alguna casucha, mirando unas esparragueras, cuando al levantarme oí un ruido raro sobre mi cabeza. Al girarme vi una serpiente, semienrollada en una rama de la oliva, abalanzarse sobre mí con la boca abierta. El grito que pegué lo escucharon en la Conchinchina. Tiramos los espárragos y salimos corriendo sin parar hasta llegar a nuestra casa. Quico me decía: “¿te ha mordido?”, ¿te ha mordido?”….. Aún hoy veo el “gaznate” rojo de aquella “bicha”. Es lo que tiene haber llevado una infancia rural, rural, rural…..
Manuel Villar a la edad de 18 años

Reconocimiento a su actividad docente
Manuel Villar en su faceta deportiva en el UE Cornellà

Manuel Villar con su esposa e hijos

lunes, 10 de octubre de 2016

LA SIERRA DE SEGURA. DIMENSIÓN INTERPROVINCIAL

No deja de ser cierto que tenemos la tendencia de centralizar nuestro entorno en relación a nuestro ámbito de vivencias, o lo que es lo mismo, los que vivimos o tenemos nuestro origen en Puente de Génave o pueblos cercanos tenemos la consideración que la Sierra de Segura es y pertenece a la provincia de Jaén. Aunque esta apreciación siga lógica, está muy lejos de la realidad pues nuestra sierra rompe el ámbito provincial para convertirse en una realidad que engloba también a la parte suroeste de la provincia de Albacete y el noroeste de la provincia de Murcia. Esta realidad interprovincial no sólo es geográfica pues también tiene su origen en la historia, siendo las vinculaciones numerosas a lo largo de los tiempos, cuestión que ha ido formando una relación de pertenencia que se refleja en diversos aspectos etnográficos que traspasan las delimitaciones provinciales y/o autonómicas actuales. Así lo refleja Juan Montiel Vila, natural de Caravaca en Murcia, que nos ofrece en este artículo otra visión sobre esta particularidad que engloba a la Sierra de Segura dándole esa dimensión interprovincial que nos permite asegurar que la nuestra sierra son sus gentes.



La Sierra de Segura son sus gentes

"Cuando se quiere someter a un pueblo, primero se le borra su historia y luego, se le escribe otra. "              
                                                                     Milan Kundera

Mi abuela Esperanza Ríos González, que, curiosa y casualmente llevaba los mismos apellidos que El Pernales, regentó en Caravaca la Posada de la Compañía, entre 1925 y 1972. Quizás algunos de los más ancianos de los pueblos de la Sierra de Segura recuerden todavía aquella posada. Yo la conocí ya en sus últimos tiempos. Recuerdo que aún llegaban gentes con carros y bestias: Adolfo y Felipe de El Moralejo, Juan Navarro de la Fuente de la Sabina (Letur), Juan Bojines de Nerpio, Los Pañeros de La Encarnación con sus enormes mulas, José de  Almaciles, Felipe Molina Fuentes de Pontones, Margarita Alguacil y Francisco Bravo Morcillo de Santiago de la Espada y los Palomares y los Blázquez, comerciantes, también de Santiago y otros muchos que no recuerdo dada mi corta edad entonces.
Delimitación provincial donde la Sierra de Segura se incluye en Murcia
A la Posada de la Compañía, acudían gentes de Pontones, de Santiago de la Espada, de Segura de la Sierra, de Hornos, de La Matea, de Jutia, de Góntar, de Nerpio, de Turrilla, de Cañada de la Cruz, de Almaciles, de la Puebla de D. Fadrique, de Huéscar,  de Topares, de los Royos,  de Benizar, de Socovos, de Yeste, de El Sabinar, del Campo de San Juan, de Inazares, de Elchecico (luego descubrí que se llamaba Elche de la Sierra), incluso de lugares serranos más lejanos como Orcera, La Puerta o Puente de Génave. Aquellos lugares constituían  mi universo infantil, mi particular geografía iniciática. Nos los conocía pero continuamente los tenía se repetían en mis oídos.
Sierra de Segura en Jaén
No recuerdo que se hospedara nunca nadie de Murcia o del Levante, salvo unos vendedores de arrope que venían de Enguera (Valencia) o un comprador de pieles y cera que venía de Mislata, también de Valencia. En todo caso, de Murcia nunca venían huéspedes. Con el tiempo me preguntaba yo el porqué de esa ausencia total de intercambios humanos con Murcia. Mi extrañeza estaba justificada porque ya estudiábamos en la escuela que Caravaca pertenecía a la Provincia de Murcia. ¿Qué cosa más rara?, me decía yo, que no venga ningún murciano ¿cómo serían los murcianos, que yo no los había visto nunca?
Sierra de Segura en Albacete
Cuando se dispuso, en 1962,  que ya me correspondía tomar la primera comunión, quiso mi madre, para estar a la última, vestirme de marinero. En Caravaca la comunión se había hecho hasta entonces con un trajecico gris o azul marino que sirviera para la ceremonia y… para después. Pero en fin, con la moda de principios de los 60,  mi madre decidió disfrazarme de marinero y allí que vamos mi padre, mi madre y yo camino de Murcia montados en un tren ferrobús. Entonces había ferrocarril en Caravaca. Ese viaje fue para mí todo un descubrimiento. Vi, por primera vez, el esplendor de los naranjos y limoneros, hasta entonces totalmente desconocidos. Eran unos frutales oníricos, fantásticos, para nada tenían apariencia de reales.  Descubrí otros colores, otros olores,  sentí lo que era el calor sofocante de la vega de Murcia, el azacanamiento de la ciudad. Me veía de repente en otro mundo totalmente ajeno al entorno en el que me había criado. Murcia era verdaderamente otro mundo, nada que ver con Caravaca. 
Mapa zonal del ámbito territorial de la Sierra de Segura

       No habían en Murcia, pensaba yo, ni leyendas de lobos, ni de almas en pena, ni de encantadas de larga mata de pelo, ni historias de bandoleros sanguinarios como Juan Manuel que se contaban en Caravaca al amor de la lumbre, ni leyendas de aparecimientos como la de la Santa Cruz en Caravaca o la de Jesucristo en Moratalla. En fin, Murcia para mi resultó ser tan exótica como la Polinesia. Era otro sitio, otro mundo completamente diferente a Caravaca, tanto en lo físico, en el paisaje, como en el alma que la alimentaba.  Sentí a Murcia tan ajena como a Birmania, por ejemplo.
Andando el tiempo comprendí las razonesCaravaca ha estado vinculada a la Sierra de Segura más de quinientos años. Y, aunque en 1874 se completara su incorporación a las instituciones de la Provincia de Murcia, Caravaca aun mantenía con fuerza, a finales del siglo XX su identidad y sus relaciones seculares con la Sierra de Segura.
Con el último advenimiento democrático, la cosa esta de las autonomías exacerbó o,  más exactamente, hizo que se inventara  una inexistente regionalidad. Con eso ya se consagraba la arbitraria división provincial de Javier de Burgos, pues, por criterio de prudencia, no se quiso entrar en modificar las divisiones provinciales, en evitación de un conflicto territorial en las vascongadas y Navarra. De esta manera la Sierra de Segura, unidad geográfica, territorial y administrativa donde las haya y con más de 500 años de existencia,  fue condenada a permanecer fraccionada entre las provincias de Jaén, Albacete y Murcia. Así hasta hoy.
Provincia de Murcia con la comarca del Noroeste como integrante de la Sierra de Segura
Conviene tener presente que La Sierra de Segura constituyó desde el siglo XIII  y hasta entrado ya el siglo XIX, una unidad territorial dentro del Reino de Murcia, bajo la administración castellana de la Orden de Santiago.  Las Vicarías de Segura de la Sierra (hoy en Jaén), de Yeste (hoy en Albacete) y de Caravaca (hoy en Murcia) integraron la Demarcación Santiaguista de Segura. Quinientos años de historia común forzosamente han dejado su huella en todos los pueblos de la Sierra. Incluso la Jurisdicción eclesiástica era ejercida desde Uclés (Cuenca) y no  desde el Obispado de Cartagena-Murcia al que es incorporado forzosamente desde 1874, después de un “cisma” que duró cinco años.
Mapa del Reino de Murcia (1778) que incluye nuestra comarca de la Sierra de Segura
Esta circunstancia inevitablemente ha de notarse. Salvando las naturales diferencias de unos pueblos respecto de otros, todo es muy parecido ente las localidades de Segura, desde la tipología constructiva tradicional, las comidas, las costumbres, el habla, los refranes, las coplas, los oficios pecuarios, la música tradicional, etc. No somos clónicos idénticos, que nadie se alarmeNo obstante, todo sigue siendo de lo más parecido entre nuestros pueblos, pese a los intentos normalizadores, lógicos por otra parte, de las distintas regiones que pretenden a toda costa mancheguizarnos, murcianizarnos o hacernos andaluces, según de qué parte de la arbitraria raya administrativa hayamos caído.
Mi pasión por indagar en mis raíces me llevó a descubrir, a mediados de los años 70, que nuestra música tradicional podíamos interpretarla sin dificultad con gentes de Nerpio, Yeste, Santiago de la Espada o Segura de la Sierra, pero no  con gentes de Bullas, a sólo 20 kilómetros de Caravaca, por ejemplo. Con los de Yeste,  Nerpio, Moratalla o Santiago de la Espada, tocamos encantados y percibimos una afinidad y un afecto recíproco, como los que sienten  aquellos que se encuentran, tras mucho tiempo, con un familiar largamente ausente. El repertorio, la organología, las afinaciones instrumentales, las armonías, los fraseos melódicos, etc. de las músicas de todos estos sitios son enormemente parecidos. Pero estas semejanzas también las podemos dimensionar a la gastronomía, al ciclo festivo, a las costumbres, a la vestimenta tradicional y, evidentemente, a nuestra historia.
Mapa de la diócesis de Cartagena (1768) que incluye la sierra de Segura
Por eso, desde ninguna localidad segureña, ni desde Caravaca, ni desde Segura de la  Sierra,  ni desde Yeste, entre otros,  podemos mirar a la Sierra de Segura como algo pequeño y de cada uno de nuestros pueblos solamente. Debemos mirarla como algo grande, como algo que nos une a los de cualquier lado de los artificiales  límites provinciales o autonómicos con los del otro ladoSegura trasciende esa visión localista de cortos vuelos. Por eso nosotros, los  segureños que nos ha tocado vivir en la vertiente murciana de la sierra,  no nos sentimos extraños, cuando vamos a Yeste, a Nerpio, a Letur, a Santiago, a Socovos, a Pontones, Hornos o Segura…. Sentimos que estamos, de alguna manera, en nuestra tierra, con nuestra gente y confiamos en que ocurra igual a la recíproca.
Cuando los pueblos olvidan su pasado padecen de Alzheimer social y, como dijo aquel: Nadie vive una vida para olvidarla luego. Ningún pueblo recorrió su historia para no saber qué es y donde está.  Aunque…, bien mirado,  a fuerza de televisión, de catetismo autonómico y de la planitud intelectual imperante, todo puede pasar.
Juan Montiel Vila