martes, 24 de marzo de 2015

EL MONUMENTO MÁS DESCONOCIDO DE PUENTE DE GÉNAVE



Es posible que muchos puenteños desconozcan que el pasado 1 de diciembre comenzaron las obras de rehabilitación de uno de los monumentos más antiguos de nuestro pueblo. Me estoy refiriendo a la poco conocida ermita de San Blas que se encuentra en la parte posterior de La Vicaría de Arriba. Reproducimos en nuestro blog un artículo escrito hace ya unos años por nuestro alcalde DAVID AVILÉS PASCUAL que pretende dar a conocer las particularidades de esta desconocida construcción que pronto podrá contemplarse otra vez en todo su esplendor. Las imágenes de este artículo nos las ha proporcionado nuestro amigo Luciano López Moya del Restaurante Cortijo La Vicaría al cual agradecemos su colaboración.


LA ERMITA DE SAN BLAS


Por David Avilés Pascual


El día 28 de octubre de 1891, prácticamente acabado de construir el Puente Nuevo, el Obispo de Jaén, D. Manuel María González Sánchez, aprobó la creación de la Parroquia de San Isidro Labrador en Puente de Génave. La población estaba creciendo y merecía ya tener una parroquia y un patrón. Y así fue.


No obstante, quiero aprovechar la ocasión para hablar de otro santo patrón que tuvo y tiene gran cantidad de devotos en toda la sierra, siendo el origen de esa devoción de aquí, de nuestro pueblo, de Puente de Génave. Me estoy refiriendo a San Blas.

Según se nos cuenta, la talla que representa a la figura de San Blas, fue hallada el 10 de febrero de 1565 por los gañanes Juan José Sánchez y Antonio Ramírez en la cueva a la que posteriormente se le puso su nombre que, como los puenteños/as sabemos, está junto al río, por debajo del puente del Molino de la Terrera, al lado de la Central. 

Esta cueva estaba entonces al nivel del agua, pero los gobernantes de la época concibieron un gran proyecto consistente en la modificación del cauce del río, en esta y otras zonas, con el fin de hacerlo mínimamente navegable y poder así transportar los troncos de pinos que, durante siglos los gancheros conducían hasta Sevilla. El Rey  de España encargó este trabajo al ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli, que inició las obras en 1559, aunque en esta parte del Guadalimar, el encargado de las mismas fue el también ingeniero Timoteo Roch.


Estas tierras pertenecían a Segura de la Sierra, aunque estaban en el área de influencia de la aldea conocida como Lugar Puerta, hoy La Puerta de Segura. La cueva estaba en el límite norte de La Vicaría, tierras entonces pertenecientes a la Orden de Santiago y lugar en el que se reunían los vicarios de Villarrodrigo, Beas y Segura, que eran las máximas autoridades eclesiásticas por aquel entonces en la zona.


El hallazgo provocó la decisión de construir una pequeña ermita, costeada por suscripción popular, a no más de mil varas de distancia de la cueva, es obvio que en orientación sur. El día de San Blas, en pleno invierno, la imagen era procesionada desde la ermita a la cueva, donde se le ofrecía una misa y permanecía allí hasta el anochecer en que se le conducía de nuevo a la ermita. Acudían devotos de todos los alrededores, incluso de Alcaraz, Povedilla y otras poblaciones manchegas. Pero, desde el principio, hubo enfrentamientos y hasta peleas entre vecinos de La Puerta y de Beas por la disputa de la propiedad del Santo, tanto por la ubicación de la cueva, justo en el límite territorial de sus términos municipales, como por el hecho de que los pastores autores del hallazgo eran cada uno originarios de esas poblaciones. La parroquia de La Puerta se quejó al obispado de Cartagena, del cual dependía este territorio a efectos eclesiásticos, y le solicitó, alegando además las inclemencias meteorológicas de la fecha de la festividad en pleno invierno, autorización para su traslado al pueblo, circunstancia que se autorizó por lo que la imagen se trasladó a La Puerta de Segura. De tal modo que ya a partir del siglo XVII, San Blas cambió de residencia.


Pero la ermita de La Vicaría continuó en pie durante 250 años, concretamente hasta 1815, año en que afectada por un grave incendio, siendo Mayordomos de San Blas, Adriano Bellón. Antonio Díaz, Antonio Avilés y Cristóbal Ginés. Hoy, en su lugar, está el Cortijo de La Vicaría que se levantó respetando parte de sus cimientos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

CON CARÁCTER DE MUJER

Para nadie ha podido pasar desapercibido que hace unos días se celebró a nivel mundial el Día Internacional de la Mujer en conmemoración de la lucha por la igualdad que la mujer ha llevado a cabo a lo largo de la historia. En el blog no queremos añadir a esta celebración el calificativo de “trabajadora”, y lo hacemos de forma intencionada, al considerar que la mujer desarrolla con su actividad, la haga donde la haga, un papel esencial en cuanto a participación en una sociedad que ha puesto tradicionalmente muy difícil su desarrollo integro como persona. Este mismo espíritu es el que ha desarrollado con su artículo Aurelia Calzada Muñoz, que en la actualidad desempeña el cargo de directora general de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa y desde siempre muy vinculada a nuestro pueblo y a sus mujeres a las que dedicó las palabras que reproducimos a continuación.



LA MUJER. CARÁCTER Y DESTINO.

Hace unos años, Sánchez Ferlosio hablaba del carácter y el destino de las personas al recibir su premio Cervantes. Retomo hoy para nosotros este adagio antiguo para recordar una época cercana y determinante en nuestra cultura serrana.

En la segunda mitad del siglo pasado buena parte de los hombres de nuestro pueblo se vieron obligados al exilio voluntario empujados por la penuria económica de la región. En ese momento el destino de Puente de Génave no podía ser otro que vivir divididos. El hombre lejos en una búsqueda desesperada de un futuro mejor y la mujer, que se quedaba con los hijos en el pueblo, intentando levantar su propia vida y la de sus hijos al tiempo que la del pueblo. Y eso era así porque nuestro carácter de luchadores tenía que llevarnos a cualquier parte, al extranjero, o sencillamente más al norte,  subiendo en trenes que nos dejaban en estaciones que no conocíamos, oyendo una lengua que parecía tan lejana como los parientes que se quedaban atrás.

Se ha alabado extensamente el valor de estos hombres obligados a padecer la lejanía de sus familias para enviar divisas al pueblo, por eso en estos días de celebración y quisiera dedicar un recuerdo entrañable para las mujeres que se quedaron aquí, que entonces, como ahora, encalaban las casas y engalanaban el pueblo para las fiestas de San Isidro, el patrón; mujeres que, entonces como ahora, trabajaban de sol a sol. Es cierto que hoy aún más porque vamos cambiando, si, aunque no lo bastante como para que la incorporación de la mujer al mundo laboral se haya hecho sin pasar factura. La jornada sigue siendo la misma que la de nuestras madres, solo que ahora la dividimos en dos o tres partes pues al trabajo externo le debemos sumar las tareas de la casa y los hijos. Hoy la mujer del pueblo trabaja fuera, en el campo si hace falta o no hay otra cosa, y después en nuestras casas, que sigue siendo ese hogar que alimentamos sin que los hijos noten que por no darles más tiempo tienen menos nuestro cariño.

Sin olvidar tampoco que hasta el día de hoy la atención y el cuidado de los familiares dependientes, normalmente nuestros mayores, es tarea fundamentalmente de la mujer; convertir este trabajo en empleo contribuirá a aportar ingresos al hogar al tiempo que dignificará las nunca justamente reconocidas “sus labores”. Pocas veces un nombre en principio afortunado y entrañable, ha resultado con el tiempo tan mal empleado y tan lejano de la realidad; paradójicamente era sinónimo de incultura dedicarse al hogar cuando la complejidad de ese trabajo bien hecho hacía que quien lo realizaba pasase inadvertida.

Estamos conociendo una mayor participación de las mujeres en la vida ciudadana, unas veces en asociaciones que llenan de vida el medio rural, otras con proyectos profesionales que se emprenden con frecuencia a partir de los 30 ó 40 años de edad cuando los hijos son menos dependientes. Tampoco es casual el importante número de alcaldesas y concejalas que se han ido incorporando a la vida política en los pueblos, como bien es sabido que ha ocurrido en nuestro pueblo. La presencia femenina sigue imparable aunque a un ritmo extremadamente lento.

El futuro del desarrollo rural necesita a la mujer incorporada al mundo laboral, del mismo modo que el pasado reciente de nuestra historia las necesitó para levantar silenciosamente las familias, las casas y el mismo pueblo, rompiendo su tradicional vinculación al trabajo temporal agrario para lanzarse a empresas y proyectos más innovadores y modernos.

Es tiempo de celebrar que seguimos juntos, que todos formamos pueblo, los que se fueron a trabajar o a estudiar fuera y vuelven siempre con ilusión a su pueblo y los que han permanecido aquí. Todos haciendo que Puente de Génave mire con optimismo hacia el futuro, con nuevos proyectos de desarrollo económico como el del olivar ecológico, una de nuestras más certeras apuestas con la Cooperativa que a decir de los expertos se ha convertido en un referente obligado de calidad en el mercado del aceite.

Paisanos y paisanas, que todo esto que nos une siga siendo, para los que están aquí y los que están fuera, un reto de renovados compromisos para que Puente de Génave pueda sentirse tan orgulloso de su pasado como seguro de su porvenir y su progreso.

domingo, 1 de marzo de 2015

NUESTROS SÍMBOLOS. ESCUDO DE ANDALUCÍA

EL ESCUDO DE ANDALUCÍA.

Por José Antonio Molina Real.
Para los andaluces, cada 28 de febrero, es un día de especial significado pues en él se recogen una serie de connotaciones que, año tras año, vienen a desarrollar el sentimiento de pertenencia a un pueblo que a lo largo de la historia ha luchado por su progreso y su identidad. Para ello, además de numerosas celebraciones institucionales, ese día festivo y popular está presidido por un sentimiento que se refleja en una serie de símbolos que nos identifican y nos unen. Cuando hablamos de simbología nuestro pensamiento se dirige a la bandera, el himno o también, por qué no, al escudo institucional de la autonomía andaluza. Hoy, aquí en este blog, queremos centrarnos en este peculiar símbolo que supone nuestro escudo.

El escudo de Andalucía ha sido desde siempre objeto de polémica, de la que hoy aún no está exento. No obstante este escudo es asumido como identificativo del pueblo andaluz desde la celebración de la Asamblea de Ronda de 1918, en la que también se presentan para su aprobación, entre otras cosas, símbolos nacionales de Andalucía como la bandera o su himno.
Miembros de la Asamblea de Ronda de 1918 (Blas Infante en el centro)
 En palabras de Blas Infante, y en referencia a lo acordado en la Asamblea, lo justificaba diciendo: “para acordar el Escudo de Andalucía, se inspiró en el de Cádiz, cabecera de nuestro pueblo, después de Tartessos, en los tiempos primitivos, símbolo también adecuado para la expresada obra de restaurar un País, siempre cultural; figurando Hércules juvenil, expresión de la fuerza eternamente joven del Espíritu, domando o coordinando la fuerza instintiva de los estímulos animales, representada por los leones”.
Escudo de Cádiz inspiración del actual escudo
El usado en la actualidad de forma oficial fue aprobado, al igual que la bandera y el himno, en el Estatuto de Autonomía de 1981, recogiendo la tradición restauradora de los símbolos nacionales de Blas Infante y todos los demás andalucistas históricos.
Parece ser –es sólo una suposición- que fue creado en origen para los Centros Regionalistas Andaluces quienes lo comenzaron a utilizar como forma identificativa. Estos centros, que en un principio están exentos de intencionalidad política, tienen su origen en la inquietud de diversos intelectuales que quisieron aglutinar sus esfuerzos por el desarrollo de la identidad andaluza a través de la creación de estos focos de estudio y cultura. El primero se creó en Sevilla en 1916, siendo su primer coordinador Blas Infante, y a partir de aquí su divulgación fue considerada por toda la geografía andaluza. aunque por extensión y unificación de la simbología se aprobaría como escudo para Andalucía.
Sello con el escudo de los Centros Regionalistas Andaluces
La influencia de Blas Infante sobre su diseño parece que no ofrece dudas, y aunque hay varias versiones, siguiendo el mismo espíritu, conteniendo diferentes lemas, todos en su parte superior llevan la leyenda <<DOMINATOR HERCULES FUNDATOR>>. No se puede negar que todas la representaciones aportan notable similitud con el escudo de la ciudad más antigua de Andalucía, Cádiz, que se remonta a la colonización fenicia y la fundación de Gadir, por lo que cuenta con más de 3000 años de antiguedad. Donde si existe mayor discrepancia es en el lema situado en la parte inferior, donde se han dado diversas leyendas que atienden a conceptos que se relacionan con la graduación en los niveles de autogestión, llegando a interpretaciones independentistas.
Escudo de Andalucía de mayor antigüedad
El más antiguo propuesto por Blas Infante en la Asamblea de Ronda de 1918 y aprobado definitivamente en la Asamblea de Córdoba de 1919, se muestra dentro de una cuartela heráldica y lleva el lema del Centro Andaluz <<ANDALUCÍA PARA SÍ, PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD>> como homenaje del propio Blas Infante a esta institución que con su trabajo había desenterrado los principios propios del nacionalismo andaluz. Pero al poco tiempo, concretamente en 1921, fue modificado, cambiando su leyenda por  <<ANDALUCÍA POR SÍ, PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD>>, que representará, según D. Enrique Iniesta, biógrafo de Blas Infante, un concepto más acorde con las pretensiones de autodeterminación frente a una interpretación federalista del anterior.
Escudo de las Juntas Libertarias

No obstante este no será el único cambio, pues incidiendo en el sentido independentista, se borra la palabra España y es sustituida por el término más ambiguo de Iberia, quedando la leyenda de  <<ANDALUCÍA POR SÍ, POR IBERIA Y LA HUMANIDAD>>, aunque quedará reducido su uso a nivel interno de los Centros Andaluces y posteriormente de las Juntas Liberalistas de Andalucía. En la actualidad, y sobre todo por los sectores más nacionalistas del andalucismo de izquierdas se tiende a defender la tesis de la leyenda de  <<ANDALUCÍA POR SÍ,  POR LOS PUEBLOS Y LA HUMANIDAD>>, cuestión que también se aplicaría a la letra del himno. Evidentemente es una fórmula que pretende quitar la palabra "España" al considerar que su inclusión resta matiz nacionalista a un símbolo que, en el fondo, quiere identificar a un pueblo que busca su autodeterminación, no vinculando su destino al destino global de España. Por esa razón, este simbolismo, sólo fue asumido por aquellos que han pretendido dar un claro carácter independentista a aquellas señas de identidad que nos identifican como pueblo, aunque hay que considerar nunca ha sido esta la voluntad mayoritaria del pueblo andaluz.

Otra de las grandes polémicas que siempre han seguido al escudo nacional es el de su nula adecuación a las normas heráldicas, es por eso que se han presentado varias propuestas para establecer en escudo andaluz dentro de las normas que marcan la heráldica. Pero lo verdaderamente cierto es que esa argumentación es en su origen poco adecuada, ya que fue el propio Blas Infante quien, conscientemente, no lo reguló con las normas heráldicas internacionales, es decir, carente de corona o blasón para que no pudiera ser relacionado con ningún emblema que pudiera pertenecer a la realeza o nobleza. 
También existieron propuestas que fueron rechazadas. Todas ellas seguían diversas motivaciones, destacando la propuesta en la que se hacía una representación de la ciudad de Córdoba, junto al río Guadalquivir, con la clara intencionalidad de destacar a esa ciudad como el centro de representación del poder califal de Al-Andalus y por lo tanto del inicio del hecho diferenciador andaluz. En él se puede contemplar la torre de la mezquita, el puente romano, el río Guadalquivir y la noria que representa el progreso. Fue rechazado por excesivamente localista y no dar la dimensión territorial que se pretendía.
Propuesta basada en el escudo de Córdoba
Otra propuesta que también se rechazó es la de un escudo en el que se sitúan encuadrados en diversos cuarteles del cuerpo del escudo representaciones referentes a cada una de las provincias andaluzas. También fue rechazado por la excesiva complejidad de interpretación, lo que finalmente resultó un verdadero obstáculo para  que la Asamblea reunida en Ronda lo asumiera como identificativo de Andalucía.
Propuesta que representaba las ocho provincias
En la actualidad, y con clara intencionalidad independentista, se ven bandera andaluzas con escudos que representan una estrella de cinco puntas en color rojo, símbolo asociado al proceso revolucionario obrero y muestra evidente del proceso de lucha social marxista. También otra representación actual de simbología independentista la situamos en la representación de la Estrella Tartésica, o lo que es lo mismo, una estrella de ocho puntas formada por la interposición de dos cuadrados de lados iguales y ángulos rectos, que aparece en cierta iconografía tartésica relacionada con funciones de ámbito comercial. Ya la Junta de Andalucía le otorgó algún simbolismo al ser aprobada como distintivo de la licencia en los vehículos de carga y distribución.
 Esta estrella se populariza en la arquitectura del periodo Andalusí, y su uso difundido por todo el mundo árabe, especialmente en el Magreb, convirtiéndose en una aportación más de Andalucía a la cultura universal, siendo conocida como estrella de Abderramán I –Abd Rahman I- al ser el que popularizó su uso como simbolismo de poder Andalusí de su Califato ya independiente de Damasco. Existe también la posibilidad de denominarla “Gadeiro”, que era el nombre con el que Platón hacía referencia a Gades –actual Cádiz-­, motivado en el conocimiento y uso en el mundo helénico gracias a los contactos comerciales con los tartésicos.
Banderas andaluzas con escudos independentistas
No podía faltar en este capítulo de simbolismos la tradicional Granada, que ya aparece en el escudo constitucional de España y que fue propuesta por hacer clara referencia al último bastión de poder árabe en territorio peninsular. Todos conocéis que es el símbolo del Reino de Granada y de la dinastía Nazarí, fundada por Muhammad Ben Yusuf Ben Nasr, a raíz de las revueltas andalusíes contra sus gobernantes almohades en reacción a la derrota de sus gobernantes en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Este símbolo siempre ha generado polémica en sí mismo, pues hay quien pretende crear una diferenciación entre la realidad histórica de Al Andalus y la del Reino de Gamata (Granada), no precisando ni valorando que el segundo es consecuencia de la evolución histórica de la realidad del territorio Andalusí, siendo precisamente este hecho el que originó su rechazo para evitar polémicas divisorias y otorgarle una consideración simbólica localista y no integrador de una realidad histórica global como  pretendía ser Andalucía.
Propuesta representativa de la Granada
 No podía faltar entre estas propuestas la del famoso Índalo, sin lugar a dudas la representación iconográfica más antigua de las tierras andaluzas, y que hoy es utilizado para identificar a la provincia de Almería. Fue descubierto en 1868 en la Cueva de los Letreros, en la comarca de Los Vélez, al norte de la provincia de Almería, concretamente en Vélez-Blanco. La creencia más difundida sería la de un símbolo que representa a un dios prehistórico que sujeta con sus brazos abiertos el arco iris o posiblemente a un astro –sol, luna-. No obstante su único valor simbólico que es su antigüedad se convirtió en su máximo problema en la Asamblea de Ronda de 1918, ya que se entendía que en la época en la que estaba datado difícilmente se podría hablar de identificación diferenciada de la realidad nacionalista andaluza y por tal motivo fue rápidamente descartado, aunque es muy posible que Blas Infante se inspirara en el Índalo en el semicírculo superior que une las dos columnas y que, en la actualidad con los colores verde y blanco, contiene la leyenda <<DOMINATOR HERCULES FUNDATOR>>.
Índalo
Ante todo este abanico de posibilidades, y sin poder negar la enorme influencia que el personaje de Blas Infante ejercía sobre sus compañeros nacionalistas, se aprobó la propuesta realizada por él mismo. A partir de este momento la represetación del nacionalismo andaluz tuvo en la imagen de Hércules enmarcado entre columnas y sometiendo a un par de leones y con las leyendas anteriormente apuntadas, en la iconografía represetativa de Andalucía. Fue en la llamada Fiestas de Primavera de Sevilla, actual Feria de Abril, de 1934 cuando nuestro escudo aparece por primera vez vinculado a una publicación oficial.
Primera publicación oficial. Sevilla 1934
Es por tanto lógico que con la recuperación democrática y el relanzamiento del proyecto nacionalista, el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1981 contemple en el artículo 6.2 esta seña de identidad. El citado artículo dice así  “Andalucía tiene un himno y escudo propios, que serán aprobados definitivamente por la Ley del Parlamento Andaluz, teniendo en cuenta los acuerdos dictados sobre tales extremos por la Asamblea de Ronda de 1918”. Posteriormente, el Parlamento Andaluz dictó la Ley 3/1982 de 21 de diciembre sobre el Himno y el Escudo de Andalucía en la que se especificaban los términos ya expuestos y consensuados por la gran mayoría de parlamentarios, cuestión que en la reforma estatutaria de 2007, y con acuerdo unánime de los grupos políticos con representación en el Parlamento Andaluz, son ratificados en idéticos términos. Hoy en día es un simbolismo conocido y aceptado por todos los andaluces como un elemento más de identidad y de cohexión de un pueblo que busca el desarrollo y el progreso de sus tierras y de sus gentes.