lunes, 21 de diciembre de 2015

A LAS PUERTAS DE LA NAVIDAD

Nos encontramos, prácticamente, en las puertas de las que quizás sean las fechas más señaladas dentro de nuestro particular calendario. Y está próxima la Navidad. La razón es bastante evidente, pues en ellas alcanza notorio protagonismo las sensaciones de fraternidad, las emociones personales fluyen con especial intensidad a pesar de confundirse con aspectos más cotidianos, la generosidad y solidaridad se engrandecen y a todos, absolutamente a todos, nos envuelve una invisible aureola que lo empapa todo con el tiempo con la consabida magia de la Navidad.

Van a ser momentos de cercanía, donde las distancias se acortan y los kilómetros no serán obstáculo para que nuestros buenos deseos y nuestro recuerdo estén presentes en todos los rincones, allá donde esté nuestra gente, allá donde alcance el impulso de nuestro corazón, hasta ese lugar por muy lejano que esté, haremos llegar nuestros mejores deseos a todos los que queremos y también añoramos. Por ese motivo, a vosotros, los que estáis ahí siguiendo nuestras publicaciones, y porque mostráis con ese seguimiento vuestra cercanía, os deseamos una FELIZ NAVIDAD y un venturoso AÑO NUEVO.

Nos vamos a dejar llevar por esa enorme catarata de felicitaciones y parabienes, buscando con intensidad encuentros y alegrías, dejando siempre en nuestro corazón el hueco para el recuerdo, especialmente el de aquellos seres queridos que ya no están, tratando de llenar el desconsuelo y el dolor de su ausencia con la sonrisa hacia los que nos rodean, mostrando que su memoria siempre será fuerte y que su presencia estará viva entre nosotros.

Puede que sean cosas de la edad, no lo sé…pero conforme pasan los años buscamos en mayor medida refugio en las tradiciones, buscamos, con la escusa de crear ambiente navideño, decorar con mil y un elementos de luz y color nuestro hogar, dar la pincelada navideña a cada rincón de la casa y buscamos hacerla más acogedora y agradable. Decoramos el árbol, buscamos y rebuscamos en los cajones hasta encontrar todos los elementos que nos permitan confeccionar el nacimiento y ya empezamos a preocuparnos por los regalos que siempre adquieren protagonismo por estos días.

Es cierto que los nuevos tiempos traen costumbres nuevas, que la innovación tecnológica no hace cambiar de hábitos convirtiendo este tiempo en un continuo contraste entre tradición y modernidad. Ya son pocas las felicitaciones que utilizan la tradicional tarjeta navideña, ahora es más usual el correo electrónico o el más moderno whatsapp, sustituimos la buena carne o el tradicional pollo de corral por algo que parece estar más de moda como es el marisco, relegamos a los Reyes Magos para darle protagonismo a Papa Noel, nos martilleará el sonido del móvil cuando utilicemos el instagram o el twitter para compartir al instante nuestras vivencias navideñas pero dejaremos a un lado el sonido de la zambomba y la pandereta solían acompañar a los tradicionales villancicos, villancicos que acompañaban a la chiquillería cuando iban, Puente Viejo “parriba” o Puente Viejo “pabajo”, de casa en casa pidiendo el aguinaldo o “aguilando”, que para el caso es lo mismo, a cambio de aquellos riquísimos caramelos de anís.

Sí,… sí,… acepto que me digáis nostálgico, y claro que eran otros tiempos, pero eran tiempos donde se saboreaba la Navidad de otra forma, era todo más simple, más entrañable, más cercano y, quizás, más verdadero. Ahora utilizamos el facebook y a todos esos “amigos” que tenemos les felicitamos con una imagen que hemos copiado y pegado en nuestro muro. No quiero con ello criticar esta actitud, me parece muy loable y respetable, y entiendo que son nuevos tiempos y el tributo a la evolución tecnológica, no obstante permitidme, aunque sea sólo de forma testimonial, que me regocije en el recuerdo de aquellas celebraciones y del aroma que impregnaban, permitiéndome la licencia de recomendaros que no perdamos ese espíritu de concordia, ese espíritu que, en estos días, hace que vivamos más en la alegría y permite que nuestro corazón sea más permeable a sensaciones y emociones diversas.

Hagamos entre todos que esta Navidad se llene de sonrisas y abrazos, aunque estos sean virtuales, ¡qué más da!; mostremos nuestra afectividad, nuestra cercanía, miremos lo bueno, recuperemos la reflexión y reconsideremos posturas, en definitiva… mostremos con gestos y con palabras nuestros mejores deseos de felicidad.

Os queremos dejar a modo de regalo gráfico el excelente calendario que ha confeccionado nuestro paisano Nino Sánchez con diversas estampas y perspectivas de nuestro pueblo.....aunque antes queremos dejar constancia de nuestro más sincero deseo.... 
Que tengáis todos una NAVIDAD dichosa y un venturoso AÑO NUEVO.
(jt) 












miércoles, 9 de diciembre de 2015

MARIA LUNA....EJEMPLO DE ENTREGA Y TRABAJO.

Volvemos a centrarnos en un personaje que, por su reconocida trayectoria, reúne todos los merecimientos para que, en este blog, realicemos una breve semblanza de su vida y su trabajo de entrega y generosidad hacia los demás. Nos estamos refiriendo a María Luna Vico, mujer que ha recorrido medio mundo trabajando y ayudando al desarrollo educativo y humano de muchas personas, especialmente los más desfavorecidos.

Como cualquier niña, realizó sus estudios primarios en la escuela de nuestro pueblo, para después continuarlos en Jaén donde acabó su bachillerato. Su vocación educativa le llevó a Córdoba para continuar con estudios de Magisterio, profesión que ejerció durante cuatro años en el Colegio Pedro Poveda de nuestra capital.
Persona de firmes convicciones y enorme capacidad de trabajo, cuestión que le orientó al ingreso en una asociación católica de personas seglares que tiene como finalidad la promoción humana y la transformación social mediante la cultura y la educación en coordinación con entidades y organizaciones públicas y privadas. Su ingreso en la Institución Teresiana le abrió nuevos campos de actuación y la posibilidad de abrirse al mundo y ensanchar horizontes. Ya con veintiocho años viajó a Londres donde compartió su labor docente ayudando a la formación de hijos de emigrantes españoles con el ejercicio de la enseñanza del español en un colegio internacional, estando estrechamente ligada a trabajos de índole social.
Nunca descuidó su formación y consiguió ampliar sus estudios de lengua y literatura española en la Universidad de Salamanca. Después marchó a Roma para avanzar en capacidad educativa en el Centro Internacional de Investigación Pedagógica donde se graduó, siendo allí donde le surgió la oportunidad de trabajar en la Universidad de Filipinas – Diliman en Manila donde ejerce su actividad docente y formativa desde 1986.
Amparo Sánchez, María Luna, Elisa y Julia Montijano, José Luis Villalba y Lucianin
Asumió su nuevo trabajo como un continuo reto de ejercicio docente y formativo, realizando diferentes actividades de promoción social, llegando incluso a alcanzar la licenciatura en psicología complementándola con la realización de un master en espiritualidad. Posteriormente alcanzó, gracias a una beca formativa, su título de estudios superiores en Literatura Filipina escrita en español, campo en el que se ha especializado, publicando tres libros sobre este tema gracias a la ayuda económica de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Reside en el mismo campus universitario desde hace 20 años, haciendo de su propia casa un centro donde residen varias chicas que carecen de las posibilidades económicas necesarias, recibiendo de María ayuda y apoyo para completar su formación; además ha creado un Centro Estudiantil donde chicos y chicas sin recursos van de forma gratuita a completar su formación con conferencias, talleres, foros, soporte de clases, ayuda académica, atención personal, uso de biblioteca, ordenadores,…. Y todo aquello que les pueda servir para ampliar y completar su formación. Se pueden contar por varias decenas de miles de estudiantes los que se han registrado en su centro de apoyo estudiantil.


Nunca ha dejado al margen sus raíces, por lo que María suele venir a Puente de Génave a encontrarse con familiares y amigos, pasear por sus calles, cruzar sus puentes y disfrutar con el paisaje y el entorno que su querido Guadalimar le ofrece. Su vínculo con su pueblo le convirtió en privilegiada pregonera de las fiestas patronales de 2007 y personaje central del primer encuentro de puenteños celebrado en las fiestas de agosto de 2014. Es evidente que su obligaciones y la enorme distancia le impide venir con la asiduidad que ella desearía, pero nunca pierde el contacto que la redes sociales le permiten en la actualidad.

sábado, 28 de noviembre de 2015

RECORRIDO POR LA HISTORIA EN LA SIERRA DE SEGURA (III)

Dentro del recorrido por la historia de nuestra comarca, en este tercer capítulo, nos encontramos con la huella que los pueblos Íberos dejaron en nuestras tierras. En esta simple. pero ilustrativa, reseña histórica queremos seguir avanzando por el conocimiento de pueblos y gentes que habitaron la comarca de la Sierra de Segura.

Tercera Parte.- IBEROS

Los Íberos eran grupos de pueblos que entraron a la Península desde África y habitaron las zonas más fértiles, al sur y el este de la Península Ibérica entre los S. VI a. C. y II a.C. Nunca mostraron uniformidad distribuyéndose territorialmente en diversos territorios aunque conservando características comunes que los diferenciaban de los Celtas, establecidos en la parte norte de la Meseta y el litoral cantábrico, y que tenían un origen centroeuropeo. Lo Íberos, aunque coetáneos de los Celtas, estaban más organizados y más avanzados culturalmente ya que habían recibido influencias de diversas culturas del Mediterráneo Oriental y también asumieron las enseñanzas de culturas autóctonas como la tartésica o la del Algar.
Pueblos Íberos 

En las tierras que conforman la actual Andalucía se asentaron diferentes pueblos íberos que conservaron una clara interrelación sin renunciar a su independencia organizativa y territorial. Así los Túrdulos ocuparon el norte de las actuales provincias de Huelva y Sevilla; los Turdetanos ocuparon un territorio más amplio que comprendía el sur de Huelva y Sevilla, la totalidad de la provincia de Cádiz y el extremo occidental de la de Málaga; los Bastetanos ocuparon el resto de la provincia de Málaga, toda Granada y Almería y la parte sur de la provincia de Jaén: mientras que los Oretanos completaron sus dominios con el resto de la provincia de Jaén y adentraron sus territorios en provincias vecinas manchegas. Es decir, nuestro territorio comarcal de la Sierra de Segura era punto de frontera o confluencia de Oretanos, Bastetanos y Contestanos que era otro pueblo que ocupó las provincias de Albacete, Alicante y Murcia; siendo por tanto punto de referencia y de importancia extrema en las relaciones comerciales entre estos tres pueblos íberos, ya que el corredor formado por el valle del Guadalimar era punto obligado de paso de las mercancías que iban y venían desde las estribaciones de Sierra Morena hasta los puertos mediterráneos.  Así pues, nuestra comarca se sitúa claramente entre las ricas zonas mineras de Sierra Morena y las zonas costeras del Mediterráneo.
Sacrificador de Bujalamé

Durante el año 1991 se realizaron estudios y prospecciones que vinieron a confirmar las teorías de tres grandes asentamientos. El primero sería el Castillo de Bujalamé, situado en una terraza fluvial sobre el Guadalimar cercana a Puente de Génave; otro sería Cabeza Grande en Siles o Collado de la Virgen en el término de Villarrodrigo. Pero por lo general no serían grandes asentamientos posiblemente por no existir grandes espacios propicios para el cultivo y ser zona fronteriza con el nivel de inseguridad que eso aportaba. Precisamente de Bujalamé es quizás uno de los hallazgos más significativos del arte íbero, muestra de ello es que se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid; nos estamos refiriendo al conocido como "Sacrificador de Bujalamé", un exvoto del S.V-IV a.C. de aproximadamente 15 cm. y que representa a un varón, personaje o sacerdote, vestido con túnica corta ceñida con un cinturón, dispuesto a degollar con un cuchillo curvo afalcatado un pequeño carnero que apoya en su rodilla elevada, mientras su otra pierna permanece sumergida en una corriente de agua. No se puede adivinar si representa una escena cotidiana o un sacrificio ritual que purificará las aguas donde se vertirá la sangre del animal.
Restos del castillo de Bujalamé


En general, el sistema de ocupación desde finales del S. V a.C. y el S. IV a. C. se mantiene igual que en épocas más antiguas, aunque algunas fortalezas dejan de ser habitadas, creándose otras, quizás en lugares más estratégicos que concentran población. Entre los asentamientos más importantes se hallaría el oppidum fortificado de Bujalamé que llegó a tener una extensión de más de 15 Ha. y que se ve rodeado por pequeños fortines como La Carrasquilla en La Puerta de Segura, el Cerro del Castillo en Torres de Albanchez o  el Castellón del Moro cercano al río Guadalmena. Hay que destacar que la ubicación de asentamientos varía poco en relación a épocas anteriores del bronce o de la cultura denominada del Algar, siguiendo el corredor natural del valle del Guadalimar para unir estas tierras de interior con las colonias costeras de Mastia, Akra-Leuke o Hemeroskopeion que fenicios, griegos y después cartagineses, con la fundación de Cartago Nova, establecieron en las costas levantinas, ya que su buen emplazamiento les permitía el control de las caravanas comerciales, contribuyendo decididamente este hecho a la riqueza de sus habitantes. Era una época en la que los metales eran esenciales para el desarrollo humano y la península tenía importantes yacimientos que servían de suministro a las potencias del Mediterráneo Oriental. Los puertos del levante peninsular eran lugar de salida de plata, estaño y también oro, además de materias primas como esparto, aceites y cereales.

De esta época son asentamientos íberos de Castellones de Ceal en Hinojares y Segura la Vieja en el término de Segura, o El Castellón en Santiago de la Espada. Es en este último lugar donde fue hallado un importante conjunto de piezas de orfebrería que reúne elementos muy interesantes en oro y metales diversos, como unos pendientes con una figura alada datados en la segunda mitad del S. III a.C.; un vaso en oro y más pendientes de la misma época; una sortija, una fíbula y tal vez también un catino del S. II a.C.; y por último dos pulseras del S. I a. C. También hemos encontrado en los yacimientos situados en nuestro entorno, y como clara muestra de nuestra fuerte influencia comercial que presentaban, algunas piezas de origen celta como un vaso, un brazalete y varias fíbulas. También en Santiago de la Espada está situada la necrópolis ibérica de las Quebradas y otra cercana al poblado del Castellón.
Tesoro del Castellón de Santiago de la Espada

Del final de la etapa ibérica se encuentra abundante cerámica en el Cerro del Castillo del Cortijo de las Fuentes en Benatae, pero si hay que destacar un hallazgo íbero en nuestra comarca, sin duda este sería el León de las Ballonas, llamado así por ser encontrado en este paraje del término municipal de Villarrodrigo, aunque arqueológicamente se denomine “León de Bienservida” al situarse su localización muy cercana a este municipio de la vecina provincia de Albacete, en cuyo Museo Arqueológico se encuentra expuesto. Se trata de un conjunto escultórico, posiblemente con finalidad funeraria, que trata de aglutinar el simbolismo de la fuerza del león junto a la cabeza de humana, lo cual daría significado a ciertas características personales del difunto uniendo superstición y religiosidad, además de demostrar una alta posición en la escala social de la época.
León de las Ballonas de Villarrodrigo


Todos estos pueblos fueron fácilmente dominados, primero por cartagineses y posteriormente por los romanos, ya que ambos fueron plenamente conscientes de la importancia del control de la ruta comercial que pasaba por nuestro territorio, conocida como la Vía Heraklea o Camino de Anibal que unía Castulo y los puertos mediterráneos.  

(jt) Segura Verde.

lunes, 16 de noviembre de 2015

EL PRIMER CHÓFER DE PUENTE DE GÉNAVE

FELIX VILLALBA GARRIDO… DE PROFESIÓN CHAUFFEUR

Por: Juan José Olivas Vigara

Segunda parte

Desde que entró en vigor el reglamento para el servicio de coches automóviles por las carreteras del Estado, el 17 de septiembre de 1900 fue obligatorio el permiso de conducir.
En aquel Reglamento no se especifican los requisitos que debían reunir los conductores, ni las pruebas a las que debían ser sometidos para la obtención del permiso de conducción. Todo quedaba al libre albedrío del Gobernador Civil, en primer lugar, y del criterio de Ingeniero designado por éste para realizar las pruebas que considere necesarias para comprobar la aptitud del solicitante para conducir automóviles.
Los pasos a seguir para obtener permiso de conducir  eran los siguientes:
Primero.- El interesado cursaba una instancia al Gobernador civil de su provincia en la que hacía constar su filiación. No existía modelo de instancia normalizado por lo que cada uno la redactaba a su manera, siempre y cuando hiciera constar los datos requeridos de carácter personal. Redactada esta parte de la instancia, el interesado exponía el motivo considerando él mismo que ya tenía la aptitud para conducir y que podía demostrarlo mediante un examen que nadie sabía previamente  en qué iba a consistir.
Segundo. - Recibida la instancia en el Gobierno civil, se registra y en pocos días el Gobernador envía un comunicado a un Ingeniero de Obras Públicas para que compruebe la “aptitud” (examen) del solicitante para conducir automóviles.
Tercero.- El ingeniero designado procede a realizar las pruebas al solicitante y a comunicar al Gobernador el resultado reconociendo o no la “aptitud” del mismo.
Las pruebas que realizaban aquellos ingenieros venían a ser, más o menos, las siguientes:
-Sometían a interesado a una prueba de circulación llegando a recorrer en algunos casos hasta 50 kilómetros. El examinando debía demostrar que sabía manejar el vehículo a distintas velocidades, en pendientes y en curvas cerradas, que era capaz de cruzarse  con caballerías y vehículos de distintas clases sin crear peligro alguno y que actuaba con  los frenos con la oportunidad y precisión necesarias.
-Era interrogado acerca del funcionamiento del motor, así como de las averías más frecuentes que se  producían en marcha y cómo repararlas.
Si el manejo del vehículo era correcto a juicio del ingeniero y las respuestas sobre mecánica eran las correctas, remitía un acta un acta al Gobierno Civil, certificando la aptitud para conducir. El Gobernador, a la vista del acta, expedía ya el correspondiente permiso. Cuando aquel Darracq con la matrícula J-1, propiedad de D. Ángel Gea vecino de Linares, empezó a circular, allá por 1906, legalmente por las carreteras de Jaén, nuestro convecino Félix Villalba Garrido  tenía 15 años y posiblemente ya le gustaban los automóviles y hasta  podría haber pensado aprender a conducir algún día.
Pasaron  los años y el parque de automóviles de Jaén fue creciendo, aunque lentamente. En las grandes  poblaciones como Jaén, Linares, Úbeda, Baeza y Bailén, los vehículos de tracción mecánica de las clases pudientes y adineradas se empezaban a mezclar en la circulación con las bicicletas de la gente de clase media y con los carros de las clases menos pudientes; los automóviles convivieron con los carros transportando mercancías por las carreteras  de la provincia hasta la década de los cincuenta.
Ya en los años veinte, el parque de automóviles en la provincia de Jaén creció de manera significativa. El constante aumento de automóviles desde 1900 exige la aparición de un nuevo reglamento, más acorde con los nuevos tiempos.  Y ese reglamento llegó. Se hizo efectivo mediante el Real Decreto del Ministerio de Fomento de 23 de julio de 1918, firmado en San Sebastián por el Rey Alfonso XIII a propuesta del ministro catalán Francesc Cambó. Al amparo de este nuevo reglamento obtuvo el permiso de conducir D. Félix Villalba Garrido.
Corría el mes de abril de 1923, cuando nuestro convecino, con 30 años y casado, decide  hacerse chófer. Hasta entonces su profesión fue la de albañil, como la de su padre. No tenemos conocimiento de quién le enseñó a conducir, ni cuándo ni cómo aprendió. Pero sí sabemos  que con fecha 24 de abril de 1923 se abre un expediente en Obras Públicas de Jaén con una instancia, a nombre de Félix Villaba Garrido, vecino de Puente de Génave, solicitando el permiso para conducir automóviles con motor mecánico de la 3ª  categoría. Eran considerados vehículos de la tercera categoría, según el reglamento de 1918, "los automóviles y, en general, vehículos de tres o más ruedas, con pesos y cilindradas superiores respectivamente, a 500 kilogramos y 1.100 centímetros cúbicos".
El primer paso que tuvo que dar Félix para obtener el permiso fue dirigir una instancia al Gobernador Civil de Jaén. Félix, además de sus datos personales, hacía constar en su instancia: Que considerándome con aptitud para conducir vehículos con motor mecánico de la 3ª categoría (…) se sirva, previos los trámites oportunos, expedir el permiso correspondiente para poder conducir por las vías públicas…”
La instancia entra en el Registro del Gobierno Civil el día 24 de abril de 1923. Al día siguiente se ordena, mediante oficio, al ingeniero industrial D. Ángel Méndez Orbegozo que proceda al examen de aptitud del peticionario. El 27 de abril el ingeniero cumplimenta el servicio. Y con la misma fecha envía acta certificando que ha procedido a examinar a D. Félix Villalba y que en las pruebas practicadas ha demostrado aptitud suficiente. Traducido al lenguaje del pueblo: Félix había aprobado el examen de conducir; era el primer puenteño que lo conseguía.
Con fecha 8 de mayo de 1923, el Gobernador Civil de Jaén expide el permiso de conducir a D. Felix Villalba Garrido con el nº 831. Félix, junto con la instancia, presentó los documentos exigidos:
-Dos fotografías del tamaño de  0.045 por 0.045.
-Certificado médico de no padecer enfermedad de la vista u oído, ni otras dolencias que le incapaciten para la conducción del vehículo; firmado y escrito de su puño y letra en papel de 2 pesetas y con el sello del Colegio de Huérfanos de María Cristina por D. Ramón Ruiz Frías, que fue médico titular de Puente de Génave desde que ganó la plaza convocada por el Ayuntamiento de la Puerta de Segura en 1918 hasta su jubilación.
-Certificado de buena conducta en papel de 2 pesetas firmado por D. Adriano Marín Rodríguez, alcalde a la sazón, de la Puerta de Segura.
-Certificado del acta de nacimiento del Registro civil, en papel de una peseta.
En 1924, Félix Villalba quiso dedicarse a conducir vehículos destinados a alquiler o servicio público y tuvo que presentar un certificado médico de Sanidad como estaba reglamentado. Tuvo un Ford con matrícula de Albacete que destinó a taxi. Trasladar puenteños y puenteñas a la feria de la Puerta fue de los primeros viajes que realizó.
En 1926 se promulga un nuevo Reglamento que introduce interesantes e importantes novedades relativas al permiso de conducir. Ya no sería el Gobernador Civil el que expidiera el permiso, sino la Jefatura Provincial de Obras Públicas,  previa certificación de la aptitud del interesado expedida por el  Ingeniero Inspector de automóviles, afecto a la Inspección provincial. Félix Villalba solicita a través de la gestoría Campos Lucha de Jaén el canje de su permiso por el nuevo modelo.
No tenemos constancia de la cantidad de dinero que desembolsó D. Félix Villalba por el papeleo, pero sería similar, por no decir igual, al de otras provincias, ya que eran documentos oficiales. En Madrid, por ejemplo, en 1924 el desembolso llegaba  a la, nada desdeñable, cantidad de 64.25 pesetas por los siguientes conceptos:
-Instancia dirigida al gobernador civil provincial en papel…  1 ptas.
-Certificado médico que indique no padece enfermedad que le impida la conducción de vehículos… 7 ptas.
-Certificado de buena conducta… 8,75 ptas.
-Certificado de nacimiento del Registro civil, que demuestre que el solicitante no tiene menos de 18 años ni más de 67… 4 ptas.
-Estos documentos, que se presentan en la Sección de Fomento del Gobierno Civil, pasan a la Jefatura de Obras Públicas, donde expenden el carnet, y se exige una póliza de … 25 ptas.
-Por el cartón del permiso….   1 ptas.
-Derechos del ingeniero examinador… 17,50 ptas.

El total ascendía a 64,25  pesetas teniendo en cuenta que para aquel entonces un obrero del campo necesitaba casi 16 jornales para pagar todo este papeleo. Era otra época, lejana ya en el tiempo.

viernes, 6 de noviembre de 2015

LOS PRIMEROS CONDUCTORES DE LA SIERRA DE SEGURA

DE PROFESIÓN CHAUFFEUR. LOS PRIMEROS CONDUCTORES DE LA SIERRA DE SEGURA.

Por: Juan José Olivas Vigara

Primera parte

CHÓFERES PIONEROS EN LA SIERRA DE SEGURA.

Las vías de comunicación son parte fundamental en el desarrollo de una comarca. El atraso de la nuestra se ha debido, en gran parte, a una vergonzosa insuficiencia  de las mismas. Sus carreteras siempre han sido escasas y su estado manifiestamente mejorable. El abandono, por parte del Estado, de su red viaria fue un gran obstáculo  a su desarrollo económico y social en las primeras décadas  del siglo XX.

El aislamiento y la incomunicación fueron dos de las circunstancias más sentidas, tradicionalmente, entre los habitantes de nuestra comarca; dos realidades que tuvieron mucho que ver con su atraso secular.

En la sesión del Congreso del día 8 de marzo de 1902, el diputado por Jaén del distrito de Villacarrillo, D. Ramón Melgares formula un ruego al ministro de Agricultura refiriéndose  al lamentable estado en que se encuentra la carretera que parte de Baeza y termina en Orcera:

Hay trozos  verdaderamente intransitables, y son inmensos los        perjuicios que se ocasionan al movimiento comercial, porque    son muchos los pueblos importantes de la Sierra de Segura y      Loma de Úbeda, que tienen que sufrir el daño que ocasiona la falta de comunicación.”

Las carreteras eran pocas y malas y eran escasos los automóviles que transitaban por ellas. El primer automóvil que se matriculó en  Jaén fue un Darracq, propiedad de un vecino de Linares, llamado Ángel Gea Ruiz. Se le asignó la placa de matrícula J-1 en Enero de 1907.

A pesar de lo que disponía el Reglamento de 1900, muchos automóviles circulaban por las carreteras con tan sólo la autorización del Ayuntamiento del municipio donde  residía su dueño. Existía en algunas provincias un gran desfase entre en número de automóviles inscritos en los Ayuntamientos y los que, en mucho menor número, figuraban en las Jefaturas de Obras Públicas. En mayo de 1907 se puso fin a esta dualidad de inscripciones estableciendo, mediante una Orden, que se debían identificar los vehículos por provincias mediante dos placas, una en la parte delantera y otra en la parte trasera, de modo que estuviesen siempre visibles.

En la provincia de Jaén durante el periodo 1900-1909 se matricularon sólo 13 automóviles; en la siguiente década ya fueron 205 y en los felices años veinte se llegó a 4.285. En el siguiente lustro hubo un parón muy significativo y  sólo se matricularon 1.188 automóviles. El 31 de diciembre de 1935 se había llegado a la placa de matrícula J-5688.

A la vez que avanzaban la matriculaciones de automóviles lo hacia la concesión de permisos de conducir a los nuevos choferes de la comarca de Sierra de Segura. El día 4 de abril de 1914, D. Joaquín Casajus González, vecino de Orcera, dirige una instancia al Gobernador Civil de Jaén solicitando le sea concedida la autorización para conducir vehículos automóviles. Comprobado por el Ingeniero examinador que tiene la aptitud suficiente se le expide el permiso para conducir con el nº 32 y con fecha de 16 de abril de 1914.

El día 8 de noviembre de 1915, otro vecino de Orcera, Ciriaco Navío Gonzalez, de 19 años, solicita al Gobernador Civil de Jaén, que previo el examen, se le conceda certificado de aptitud para conducir automóviles por las carreteras de España. Como era menor de edad, puesto que la mayoría se alcanzaba a los 21 años, necesitó de autorización paterna.

La solicitud estaba escrita con una excelente caligrafía y llama la atención parte de lo declarado en la misma:   

(…) manifestando que se halla al servicio de la compañía de automóviles “La Auto-Beas” en cuyos coches de servicio público autorizados con los números 69, 70 y 71 de esta provincia y en el trayecto de Úbeda a Orcera es donde únicamente puede el que suscribe sufrir el examen (…)  

El 24 de noviembre se le expide el permiso de conducir con el nº 52 de la provincia de Jaén. Así quedaba autorizado legalmente para conducir los vehículos  de la empresa para la que trabajaba.

A lo largo de la primera mitad del siglo pasado existieron otras líneas de viajeros en la Sierra de Segura:

-De UBEDA A ORCERA y viceversa, pasando por Torreperogil, Villacarrillo, Fuente Nueva, Villanueva, Beas (empalme), Beas de Segura, Arroyo, Puente de Génave y La Puerta.
-De SILES A ALCARAZ (Albacete) y viceversa, pasando por Villaverde de Guadalimar, Cotillas, Reopar, Masegosillo y Vianos.

Parece ser que existió, según el Anuario Regional de la Región de Andalucía y Norte Español de África en su edición de 1932, una tercera línea que iba de Puente de Génave a San Blas (Murcia) y viceversa, pasando por Casilla Nevazos.

A estos dos chóferes serranos les siguieron otros, entre los que se encuentra nuestro convecino Félix Villalba; éstos ya obtuvieron sus correspondientes permisos al amparo de nuevo Reglamento de 1918 para la circulación de vehículos de motor mecánico por las vías públicas de España.

-D. Pedro Ponce Puche, vecino de Beas de Segura se le expide el permiso con el numero 167 y con fecha 28 de Mayo de 1920.
-D. Carlos Ruiz Piña, vecino de Beas de Segura, de 27 años de edad y de profesión comerciante obtuvo  permiso de 3ª categoría con el número 171 el  17 de junio de 1920. Por aquel entonces era obligatoria presentar un certificado de buena conducta; se lo expidió D. Roque Frías Palomares, a la sazón alcalde de la  Villa.
-D. Emidiano González Robles, vecino de Siles, obtiene permiso de conducir de 3ª categoría con el número 178.
-D. Antonio Garrido Pérez de las Bacas, vecino de  Siles de 29 años, el 19 de julio de 1920 obtuvo un permiso de 3ª categoría con el número 195.
-D. Gonzalo Garrido Pérez de las Bacas, vecino de Orcera obtiene el permiso de conducir automóviles de la 3ª categoría a los 34 años. Se le expide con el número 213 y con fecha 26 de julio de 1920.
-D. Justo Navarro López, vecino de la Puerta de Segura, abogado de 26 años, se le expide el permiso el 14 de agosto con el número 227.
-D. Juan José Asensio Sánchez, vecino de Beas de Segura lo obtiene de 3ª categoría; fue examinado el día 24 de agosto de 1920 y se le expide el permiso tres días después con el número 252. 

Casi todos ellos fueron examinados  por D. Carlos Díaz Serra, ingeniero industrial encargado del reconocimiento de automóviles y exámenes de conductores de la Provincia de Jaén.         

Continuará.........

lunes, 26 de octubre de 2015

RECORRIDO POR LA HISTORIA EN LA SIERRA DE SEGURA (II)

Siguiendo con el recorrido que iniciamos el blog por la historia de esta comarca a través del conocimiento de la huella que han ido dejando las gentes y pueblos que la han habitado a lo largo de la historia, presentamos en este segundo capítulo la época histórica llamada Neolítico, siguiendo así el camino hasta completar una visión global, simple y los más gráfica posible sobre la historia de la Sierra de Segura.


Segunda Parte.- NEOLÍTICO

Dentro de la evolución humana, el Neolítico, puede considerarse como una de las etapas fundamentales en el desarrollo humano. El hecho de la constante observación del medio proporcionó la capacidad para no tener la necesidad imperiosa de ir a cazar o recoger frutos silvestres para alimentarse, ya que se podía acceder al sustento mediante el cultivo de la tierra y la domesticación de los animales. De esa forma descubrió que las semillas germinaban y ofrecían sus frutos, así como que cualquier animal salvaje podría convivir con un humano si desde edad temprana se le acostumbraba a su presencia y se le alimentaba. De esa forma no necesitaba trasladarse para buscar alimentos y aparece de forma progresiva colonias de humanos más o menos sedentarias, que seguían refugiándose en cuevas o abrigos en un primer instante para posteriormente pasar a ocupar terrazas fluviales que era donde se disponía de mejores tierras, solventando el problema del refugio con la construcción de rudimentarias viviendas situadas, por regla general en las zonas más elevadas y de fácil defensa de esas terrazas fluviales.
Pintura de la Cueva de la Diosa Madre (Segura de la Sierra)
La Sierra de Segura presenta unas características bastante propicias para el asentamiento de estas poblaciones. Son numerosos los abrigos y cuevas que durante los primeros periodos del Neolítico garantizaban la seguridad de sus moradores, pero esto suponía adaptarse a dificultades orográficas más propicias para la caza y el pastoreo, limitando de esa forma la práctica de la agricultura. Aquí se criaba ganado bovino, cabras, cerdos y ovejas.
Cueva del Nacimiento (Pontones)
Ejemplo claro de este periodo es la ya famosa Cueva del Nacimiento, que también fue ocupada desde el Paleolítico, ya que en ella, en sucesivas excavaciones que se iniciaron en 1972, se han encontrado restos de diversos tipos de fauna datados en más de 10000 años a. C. Además hay numerosos abrigos donde se han encontrado pinturas y representaciones diversas de difícil interpretación, dándole verdadera categoría de lugares sagrados pues, dentro de sus creencias y siguiendo las características del arte rupestre levantino, celebraban rituales siendo la pintura componente de esa expresión invocadora. Estos lugares se ocupaban de forma sistemática y periódica, incluso superponiendo pinturas de animales, de la figura humana o símbolos indescifrables, lo cual les otorga carácter de verdaderos santuarios. Claro ejemplo son los numerosos abrigos encontrados en el término de Santiago-Pontones, como los del Engarbo, Río Frío o Cañada de la Cruz en el valle del río Zumeta y del río Segura.
Abrigo de la Cañada de la Cruz. Pintura antropomorfa (Pontones)
Las necesidades de desarrollo agrario fueron propiciando la ocupación de los valles, con tierras más fértiles y de fácil recorrido para los ganados, siendo esta la causa principal de ocupación de las terrazas fluviales para realizar en ellas tareas agrícolas y ganaderas mientras que se construían rudimentarias viviendas en cerros próximos para facilitar así su defensa.
En la Sierra de Segura se han encontrado muchos poblamientos con estas características, o un cementerio excavado en una cueva artificial en Hornos, fechada hacia 4800 años a. C. o los yacimientos de Atalaya y Peñón del Utrero, que corresponden a la cultura de El Algar, en Orcera. En la Atalaya, ocupada a través de los siglos, existen manifestaciones de piedras talladas y pulidas, así como enterramientos en tinajas y representaciones de la Diosa de los Ojos.
Cerámica y útiles de la cultura de El Algar  (Hornos de Segura)
También en Orcera han sido halladas en el yacimiento del Cerro de la Coja un total de 37 fosas o silos excavados en la piedra que deberían tener distintas funcionalidades como molinos, habitáculos o almacenes de piedra para construir. Se han descubierto también semillas de trigo, restos de animales domésticos, cuatro recipientes completos, dos puntas de flecha y varios cuchillos.
Yacimiento del Cerro de la Coja (Orcera)
Todo esto parece indicar, sin ningún tipo de duda, que en la zona hubo asentamientos de población bastante estable a finales de la Edad de Bronce, en torno a 2000 años a. C., cuyos habitantes vivían del cultivo de las ytierras, básicamente cereal, y del pastoreo de ovejas y cabras, ocupando pequeñas estructuras hechas a base de piedra, madera y pieles.
       Otras manifestaciones aparecen en la Peña Hincada, un antiguo mehnir, la Piedra del Sombrero, y otro dolmen en la Cueva del Engarbo en Santiago de la Espada son tres monumentos megalíticos que marcan orientación este-oeste, que coincide con la salida y puesta del sol, su simbolismo mágico.
Cueva del Engarbo (Santiago de la Espada)
Especial significado tiene la Cueva de la Diosa Madre del Poyo de los Letreros en Parolix, término de Segura de la Sierra, datada en el III milenio a. C., que es un paredón inaccesible a 50 metros de altura y al que tuvieron que llegar escalando o descolgándose con cuerdas, donde aparecieron pinturas rupestres en colores rojizos representando una serie de ídolos con ojos de pequeño tamaño similares a los encontrados en zonas de Persia y Mesopotamia, figuras antropomorfas y otras de difícil interpretación, aunque con marcado carácter religioso.
Pinturas Cueva de la Diosa Madre (Segura de la Sierra)
Durante la Edad del Bronce, se produce una densa ocupación en el alto valle del Guadalimar. Yacimientos como la Cueva de los Caballos en Torres de Albanchez, ya ocupada por el hombre desde el Paleolítico, y en Benatae la Cueva del Águila en el Cortijo de los Lagartos demuestran esta ocupación de terrazas sobre el río Guadalimar. De esta última proceden algunas pequeñas piezas de silex, muy frecuentes en el Mesolítico o periodo comprendido entre la última glaciación y el Neolítico, y que se denominan microlitos. Lugares como la Hortizuela Alta, el Cerro del Pino. El Cortijo Salado, el Cerro de los Castellones y, casi con toda seguridad, el Cortijo de la Molata, todos ellos en Benatae, son asentamientos situados en las terrazas fluviales a ambas partes del río. Incluso algunos como la Hortizuela Alta, el Cerro del Pino y el Cerro de los Castellones presentan algunas trazas de fortificación, lo que indica que los habitantes del valle del Guadalimar del II milenio a. C. tenían preocupaciones por la defensa frente a otros grupos de población.
Cueva Peña del Águila (Benatae)
También, durante la Edad de Bronce, se han encontrado en Beas de Segura poblados elevados con base defensiva, como los del Cortijo de los Cuatro Vientos o el del Cornicabral, observándose rasgos que demuestran que eran sociedades de base agraria que tenían amplia dependencia de la manufactura del metal. También destacamos el aparecido en el Cerro Migallejo y en el de las Dos Hermanas en Puente de Génave.
Cerros de las Dos Hermanas (Puente de Génave)
El Neolítico supuso una revolución total en la organización de la vida, donde la agricultura del cereal y el pastoreo de ganado dieron respuesta a un creciente aumento demográfico, por lo que la aparición del dominio del metal supuso un avance importantísimo, generando un aumento de la capacidad productiva. Esta evolución originó una sociedad más sedentaria, que no tenía que desplazarse en búsqueda de recursos. Por esa razón sus asentamientos se situaron cerca al curso del río Guadalimar y recorrían su valle como vía natural de comunicación y de aprovisionamiento del preciado metal.

Ante la necesidad de ocupar nuevos espacios más abiertos y mejor comunicados donde desarrollar una actividad agraria más plena, tuvieron que abandonar cuevas y abrigos para empezar a ocupar la llanura fluvial construyendo viviendas, más o menos elaboradas, a base de maderas y adobes. En estos enclaves cercanos al río también proporcionaban acceso al barro para elaborar cerámica y a cantos rodados que pulían para obtener diversos utensilios, dándose una perfecta simbiosis entre el ser humano y su entorno. 

 (jt) Segura Verde